Una nueva especie de langostino, el langostino café, está presente en las aguas marinas y salobres de las Tierras del Ebro, especialmente en la zona sur (la Ràpita y las Casas de Alcanar). Así lo indica la Generalitat, que ha realizado incluso un estudio mediante el Institut Català de Recerca per a la Gobernança del Mar (ICATMAR). La nueva especie, de nombre científico Penaeus aztecus", no se identifica en la comercialización en lonja, hasta ahora se ha estado vendiendo conjuntamente con el langostino local o con la gamba blanca y se considera una especie invasora.

Terres de l'Ebre
En Catalunya, el estudio se ha centrado inicialmente en la zona del mar del Ebro (desde las Casas de Alcanar hasta l'Ametlla de Mar) por las condiciones idóneas que este entorno natural ofrece para la expansión de nuevas especies procedentes de aguas cálidas. Los resultados muestran la presencia de langostino café en todas las localidades, con capturas que varían entre pocos individuos y un máximo de unos 4 kg por día, según la localidad, el tipo de arte utilizado y la estacionalidad.
Actualmente, el langostino café representa ya un recurso adicional para la pesca mediterránea, aunque solo a escala local. Por ejemplo, se pesca en grandes cantidades con redes de arrastre de fondo en Turquía e Italia, donde se vende a precios elevados por su calidad gastronómica. En Italia, según documentaron fotográficamente a los pescadores, este nuevo recurso es muy abundante en el golfo de Tarento y a las zonas próximas del norte del mar Jónico, con rendimientos diarios de las embarcaciones de arrastre que llegan a veces a los 40-50 kg por día.
Origen americano
El langostino café procede de la costa este de México y los Estados Unidos, donde está considerado como un recurso pesquero muy importante. Su primera presencia en el mar Mediterráneo fecha del año 2009 al sur de Turquía donde, probablemente, fue introducida de manera no intencionada a través de larvas en aguas de lastre, y desde entonces no ha dejado de extenderse por todo el Mediterráneo.
Dada su elevada capacidad de proliferación y dispersión, la presencia de este nuevo langostino podría suponer un riesgo para el langostino autóctono comercialmente más relevante, Penaeus kerathurus. Algunos pescadores de la zona del Golfo de Tarento, en Italia, ya están constatando una fuerte disminución de la gamba autóctona como posible consecuencia del ciclo de vida parecido de las dos especies congenéricas, que, por lo tanto, competirían por los mismos recursos.