Llevan ya unos meses en el mercado –se presentaron en otoño del año pasado- y están a la venta en la web de Ray Ban a precios que, según el modelo que se escoja, van desde los 329 a los 499 euros, pero no es que sean el futuro, que también: son el mejor presente que las gafas inteligentes, ese dispositivo del que se lleva hablando –y realizando intentos para que interese al público- casi tanto como del coche de hidrógeno. ¿Por qué? Pues muy sencillo: porque no parecen ser lo que son.

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Unas Wayfarer de toda la vida

Y es que, si algún día las gafas inteligentes han de convertirse en un dispositivo de uso común, será gracias a la senda que han trazado Meta y Ray-Ban. A primera vista, las Ray-Ban Meta son unas Wayfarer convencionales, aunque con la montura un poco más gruesa, unas patillas en las que los detalles que revelan que son unos auriculares son mínimos y dos cámaras que casi ni se ven junto y están a la esquina superior de cada lente. Las que hoy se pueden comprar –están las Wayfarer, disponibles en distintos colores y a la venta por 329 euros; las Skyler; disponibles sólo en negro y con un precio de 409 euros y una edición especial diseñada junto a Ferrari que se vende por 499 euros la unidad- mejoran al primer dispositivo que lanzaron Ray-Ban y Meta y al que llamaron Ray-Ban Stories. Ahora se llaman simplemente smartglasses y, además de para publicar stories en redes, sirven para mucho más: sus altavoces integrados en las patillas disponen de audio unidereccional, lo que resulta idóneo para situaciones de mucho ruido o viento y, además, incluyen cinco micrófonos que permiten grabar vídeo o hablar con comodidad y calidad de sonido máxima. Las cámaras son de 12 MP y permiten grabar vídeos de hasta 60 segundos. Con una simple orden de voz –quizá eso sea lo más engorroso- se pueden compartir las imágenes. Su capacidad de almacenamiento es de 32 GB y el dispositivo permite emitir en streaming.  

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Más que discretas

Más allá de sus especificaciones técnicas (incluyen un procesador Qualcomm Snapdragon AR1 Gen1 y se recargan con sólo dejarlas en su funda) las Ray-Ban Meta destacan por un hecho indiscutible: no se parecen nada a las casi olvidadas por aparatosas Google Glasses. ¿Serán un éxito? Llevan ya en el mercado más de medio año y es difícil ver alguien luciendo unas pero, sin duda, si hay un camino para las gafas inteligentes, es éste que dibuja Ray-Ban.