En las zonas rurales, uno de los principales elementos generadores de emisiones de gases nocivos a la atmósfera es el transporte y, en consecuencia, una adecuada gestión de los servicios de entrega de paquetes podría, estiman desde la empresa Kanguro, hasta en 90% estas emisiones. Kanguro, hay que recordarlo, es un startup catalana cuyo negocio consiste, precisamente, en articular redes de buzones inteligentes.

 

¿Y en las ciudades?

El estudio realizado por Kanguro complementa a otro realizado por la misma empresa para entornos urbanos. Según el mismo, en ciudades de tamño grande y mediano, las emisiones de gases nocivos procedentes del transporte se podrían reducir hasta en un 46%. Para ello, detallan, es necesario activar redes de puntos de recogida no abanderados o, como ellos prefieren decir,. “agnósticos”.

Menos desplazamientos en vehículo y más actividad comercial

Las redes de buzones inteligentes, concluyen, permitirían que “cualquier ciudadano” esté en condiciones de recoger cualquier envío desplazándose a pie no más de 200 metros. Los paquetes se depositarían en “puntos de conveniencia” o comercios dotados con buzones inteligentes, que son aquellos que se aperturan con un código. Con ello, consideran desde Kanguro, se reduciría “hasta en un 30% la congestión del tráfico y la contaminación acústica” y, también, se fomentaría el paseo, la salud de los ciudadanos y las compras de proximidad.

En Barcelona, el Ayuntamiento quiere desincentivar las entregas a domicilio

En Barcelona, desde hace años se aplica la Tasa Amazon que obliga a los grandes operadores postales que facturan más de un millón de euros al año a abonar una tasa específica. ¿Es el futuro el sistema que plantea Kanguro tanto para el medio rural como para las ciudades?