La mosca de la fruta o Drosophila melanogaster es un peligro cierto para la conservación de los vegetales ya sea en tu casa o en los puntos de venta o recolección. Es habitual en lugares con humedad y deposita sus huevos en macetas, tuberías o, por supuesto, frutas y hortalizas. Se alimenta de cualquier tipo de resto en descomposición, por lo que es muy fácil que un momento u otro aparezca en cultivos o viviendas. Si hablamos de cultivos, hasta la fecha se utilizaban insecticidas químicos que acababan trasladando parte de sus componentes a la cosecha pero, ahora y en México, han encontrado una solución mejor: tecnología nuclear.
¿Cómo lo hacen?
El método, bautizado como técnica de los insectos estériles (TIE) recurre a la irradiación para esterilizar insectos, lo que conduce indefectiblemente a la disminución de la población de la plaga por muerte de individuos y la erradicación de la misma por esterilización de los que quedan vivos. El sistema se ensayó en 2021 y en la zona de Colima sobre cultivos de higos, guayabas, mangos, pomelos rosados y naranjas que podrían haber quedado arruinados y el resultado fue óptimo y sin efectos adversos para las frutas, que siguieron siendo aptas para el consumo.
Con la garantía de la OIEA y la FAO
La experiencia se desarrolló con el beneplácito del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) y el de la Organización de la Onu para la Agricultura y la Alimentación (FAO), que colaboraron en el proyecto que permitió eliminar este insecto de las plantaciones afectadas en Colima. La energía nuclear, así, se revela como lo que es: una herramienta que, si se usa correctamente, entraña más beneficios que peligros.