Vivir con un perro en casa tiene muchas ventajas, pero también algunos inconvenientes y uno de los principales es la no siempre correcta relación que, por culpa de algunos hosteleros y gestores de compañías de transporte, se traba entre vacaciones y canes. Ahora, no está claro si con el objetivo de solucionar ese problema cierto o con el de hacer caja gracias al esnobismo de algunos, nace Bark Air, la primera compañía, dicen sus gestores, capaz de ofrecer "la primera experiencia de viaje aérea del mundo diseñada específicamente para perros".

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Desde esta primavera

Hasta la fecha, el no siempre cómodo (para los animales) transportín era la única alternativa si lo que se quería era viajar en avión y llevar un perro a bordo. Bark Air, explican sus responsables, “"ejemplifica la mentalidad de dar prioridad al can y la galardonada experiencia del cliente" para "establecer un nuevo estándar para los perros a los que les encanta viajar". Matt Meeker, impulsor de la idea, es cofundador y director ejecutivo de Barkbox, empresa que ofrece, ahí es nada, un servicio de suscripción a productos y “experiencias” para perros. Bark Air, hay que decirlo, no es una empresa aérea al uso: se trata de un servicio que Barkbox ofrece gracias a un acuerdo con empresas de alquiler de aviones.

¿Cómo funciona?

Como para cualquier vuelo, hace falta hacer una reserva y los perros deben llegar al aeropuerto unos tres cuartos de hora antes del despegue. Antes del embarque, personal de la compañía recibe a los animales, los evalúa y decide qué servicios o ayudas puede precisar el perro para que el vuelo sea lo más agradable posible. Por supuesto, el can viaja con su dueño y en cada vuelo se admite a un máximo de diez perros. El viaje sale para dueño y mascota por 8000 dólares si el vuelo es internacional y por 6000 si es nacional. De momento, Bark Air sólo opera en Estados Unidos. 'Bark', por cierto, equivale a nuestro verbo 'ladrar'.