La Agencia Espacial Europea (ESA) ha reprogramado su ambiciosa misión ExoMars, que tiene como objetivo principal determinar si alguna vez existió vida en Marte. El rover Rosalind Franklin, pieza central de esta misión, está diseñado para perforar hasta dos metros bajo la superficie marciana y analizar muestras en su laboratorio integrado. Tras retrasos previos, la nueva ventana de lanzamiento se ha fijado para 2028, con una llegada prevista al planeta rojo en 2030.
El rover Rosalind Franklin también explorará el suelo y el subsuelo marciano, podrá estudiar el planeta en profundidad para analizar su composición y buscará evidencias de vida pasada. Además, gracias un acuerdo entre la NASA y la ESA, la agencia espacial estadounidense proporcionará unidades de calefacción y sistemas de propulsión para que el rover pueda aterrizar en Marte de cara a 2030.

Participación española en la misión ExoMars
España juega un papel crucial en el desarrollo y éxito de la misión ExoMars. Varias empresas españolas están involucradas en la fabricación de componentes esenciales para el rover Rosalind Franklin. Entre ellas destaca SENER, responsable del diseño y producción de sistemas clave que facilitan el aterrizaje del rover en Marte. Estos incluyen el tren de aterrizaje, diversos mecanismos, el adaptador de separación de la cápsula de entrada y las antenas de comunicaciones de Ultra Alta Frecuencia (UHF). Además, Thales Alenia Space ha desarrollado la 'Electrónica de Control de los Actuadores' (ADE), encargada de gestionar el despliegue de los paneles solares, el mástil de la cámara panorámica y los mecanismos de las ruedas del rover.
Impacto y objetivos científicos de la misión
La misión ExoMars representa un hito en la exploración espacial europea, al ser la primera en incorporar un rover capaz de perforar el subsuelo marciano a profundidades significativas. Este enfoque es esencial para acceder a muestras protegidas de la radiación superficial, aumentando las posibilidades de detectar biofirmas o indicios de vida pasada. El trabajo del rover se complementará con el Trace Gas Orbiter, lanzado en 2016, que continúa analizando la atmósfera marciana en busca de gases traza que puedan indicar procesos biológicos o geológicos activos.
La colaboración internacional, especialmente entre la ESA y la NASA, ha sido fundamental para reactivar esta misión tras la suspensión de la cooperación con Roscosmos debido a conflictos geopolíticos. La NASA aportará unidades de calefacción y sistemas de propulsión para facilitar el aterrizaje del rover en Marte. Este esfuerzo conjunto subraya la importancia de la cooperación global en la exploración espacial y en la búsqueda de respuestas sobre la existencia de vida más allá de la Tierra.
En resumen, la misión ExoMars, con su renovada fecha de lanzamiento y la destacada participación de la industria española, representa un paso significativo en la exploración del planeta rojo y en la eterna búsqueda de respuestas sobre la existencia de vida en otros rincones del universo.
