La NASA no termina de sorprendernos con los avances tecnológicos que siguen creando, avances que no solo se utilizan para las misiones en el espacio. Si no que a la larga termina siendo tecnología útil para la vida en la Tierra.

El más reciente de sus avances es la creación de un material que puede soportar más de 1.000 grados centígrados. Material que puede ser muy útil para la fabricación de naves más rápidas, económicas y mejor rendimiento que las actuales.

El nuevo material NASA Alloy GRX-810

La misma NASA ha descrito a este nuevo material como una aleación reforzada con dispersión de óxido. El cual tiene la capacidad de soportar temperaturas superiores a los 2000 °F que son aproximadamente 1093 °C.

Además, ha indicado que este es un material más maleable que los que venían usando hasta ahora y que puede sobrevivir más que las aleaciones que se han venido utilizando en los últimos años.

NASA Alloy GRX 810

Con el material NASA Alloy GRX-810 la agencia espacial espera poder fabricar piezas aeroespaciales para aplicaciones de alta temperatura. Zonas como dentro de los motores de los cohetes y aviones espaciales.

Para poder lograr este nuevo material, los científicos de la NASA indican que aplicaron un modelado termodinámico, para luego hacer uso de las impresiones en 3D.

Uno de los investigadores de materiales en el Centro de Investigación Glenn de la NASA en Cleveland. Ha indicado que el uso de las impresoras 3D y los modelados termodinámicos ha disparado las capacidades de poder producir nuevos materiales.

Es que la ventaja de la que habla este investigador es que para lograr la fabricación de este nuevo material solo hicieron falta 30 simulaciones con un modelado termodinámico. Para luego hacer uso de las impresiones 3D.

Así mismo este apunta a que esto es una muy buena noticia, ya que la creación de este tipo de materiales hace que los viajes espaciales puedan ser más seguros.

Puesto que es un material que soporta muy altas temperaturas y, por lo tanto, previene que haya algún desperfecto por el calor que se genera en las naves o aviones aeroespaciales.

Si algo nos deja claro es que organizaciones espaciales como la NASA no se rinden al momento de generar tecnología que termine siendo útil tanto para los viajes espaciales como para la humanidad.