Que un asteroide de grandes dimensiones caiga del cielo y pueda acabar con nuestra especie del mismo modo que uno de estos cuerpos acabó con los dinosaurios es una posibilidad remota si se compara, por ejemplo, con riesgo cierto de erupción de alguno de las decenas de macrovolcanes activos que hay en nuestro planeta, pero en la NASA son muy de hacer los deberes a tiempo y quieren estas listos para hacer frente a esa eventualidad que ha servido de argumento para tantas películas. Por eso han actividao un programa bautizado como DART (Double Asteroid Redirection Test) que contempla, precisamente, el redireccionamiento de un asteroide.
Víctima identificada
La agencia espacial norteamericana tiene identificada hasta una víctima para el ensayo: el asteroide Dimorphos. El pobre, ajeno a todos los manejos científicos que le tienen de protagonista, orbita en torno a otro satélite llamado Didymos, que tiene unos 780 metros de diámetro. Dimorphos, la víctima, es más pequeño: su diámetro es de 160 metros. Ambos forman el sistema de asteroides binarios Didymos 65803 y se sitúan entre Marte y la tierra. Cada dos años, este pequeño sistema de dos asteroides completa una órbita alrededor del Sol y cada año, otra en torno a la Luna. Ninguno de los dos asteroides son peligrosos para la Tierra
¿Qué va a hacer la NASA?
Su intención es que la nave espacial diseñada como parte del programa choque contra Dimorphos y lo desvíe de su trayectoria. La intención es que ese choque tenga lugar el próximo día 26 de septiembre y pueda retransmitirse en directo. Ahora mismo, la nave del programa DART está ya en las inmediaciones de la humilde pareja de inofensivos asteroides que, ajena a lo que le espera, sigue orbitando feliz. Con todo, Dimorphos no acabará destruido: sólo verá su órbita alterada si todo sale como la NASA espera. La nave, eso sí, correrá peor suerte.