En noviembre de 2022, la agencia espacial estadounidense lanzó con éxito la primera misión no tripulada y, se espera que, en septiembre de 2025, los astronautas de la misión Artemis II prueben la nave Orion por primera vez. No obstante, antes de llevar a cabo esta segunda misión del programa Artemis de la NASA, los científicos tienen que comprobar el estado de la nave y realizar las últimas pruebas, aunque, a principios de julio, la agencia espacial estadounidense informó que Orion completó con éxito las rondas finales de pruebas y ensamblaje, incluida la verificación del rendimiento de extremo a extremo de sus subsistemas y la verificación de fugas en sus sistemas de propulsión.
Dar continuidad al programa Apolo
La misión Artemis II busca continuar el legado del programa Apolo y establecer una presencia humana sostenible en la Luna. La nave Orion, pieza central de esta misión, ha sido diseñada para transportar astronautas en misiones más allá de la órbita terrestre. Sin embargo, a medida que se acerca la fecha de lanzamiento, han surgido dudas en torno a su escudo térmico, un componente clave para garantizar la seguridad de la tripulación durante la reentrada en la atmósfera terrestre.
Según el diario especializado Space News, problemas técnicos con el escudo térmico han ocasionado pruebas adicionales, y aunque la NASA aún no ha confirmado retrasos, los ajustes necesarios podrían posponer la misión. Este escudo térmico fue sometido a múltiples pruebas extremas, simulando las intensas temperaturas que soportará Orion al reingresar a la Tierra. A pesar del secretismo en torno a estos inconvenientes, se especula que resolverlos completamente antes de Artemis II será fundamental para la seguridad de la misión.
Avances en las pruebas y la resiliencia del proyecto Artemis
La NASA continúa realizando pruebas exhaustivas en Orion para garantizar su óptimo rendimiento. Cada aspecto de la nave, desde los sistemas de soporte de vida hasta las capacidades de comunicación, ha sido sometido a rigurosos controles. Orion ya ha completado vuelos no tripulados con éxito, demostrando su funcionalidad básica. Sin embargo, la prueba final y más crítica será Artemis II, cuando tripulantes se aventuren en un viaje de aproximadamente diez días hacia la órbita lunar.
El compromiso de la NASA con el éxito de la misión es evidente, ya que se destinan recursos para corregir cualquier falla antes de la misión tripulada. El uso de tecnología de última generación, combinada con la experiencia adquirida en el programa Apolo, permite a la NASA avanzar en la misión Artemis con confianza, aunque el escudo térmico sigue siendo un punto crucial de atención.