La revista Nature nos avisa: existe una posibilidad más que cierta de que un supervolcán erupcione en un futuro cercano y genere un cambio climático abrupto similar al que causó el asteroide que acabó con los dinosaurios. Actualmente, en nuestro planeta existen veinte supervolcanes capaces de generar una catástrofe muy grave.

volcán

El enemigo interno

Y es que la posibilidad de que vivamos en un futuro no muy lejano una erupción de magnitud 7 -100 veces mayor que la del volcán Hunga-Tonga, la mayor erupción en lo que va de siglo- es de una entre seis, advierten desde Nature. Mientras, Hollywood nos alerta acerca de posibles colisiones de cometas o asteroides, pero lo cierto, explica el vulcanólogo de la Universidad de Birmingham Michael Cassidy, es que las erupciones volcánicas de gran escala son mucho más probables. Y, por eso, hay que prepararse para superarlas o, incluso, evitarlas.

¿Cómo evitarlo?

Una posibilidad entre seis es un riesgo muy alto y una explosión de magnitud siete tendría efectos en todo el tejido económico y social del planeta. Las redes de transporte, los sistemas de producción de alimentos, la distribución de energía, las comunicaciones y hasta las finanzas se verían afectadas y el coste sería incalculable. Para evitarlo, sólo hay una herramienta: prevenir. Y la mejor manera de prevenir es la que propone la NASA, que quiere convertir el supervolcán de Yellowstone en una fuente de energía. Si la agencia espacial norteamericana logra extraer  un 35% más del calor que actualmente lanza el volcán a la atmósfera, se evitaría cualquier posibilidad de erupción y, además, se produciría electricidad suficiente como para abastecer a todos los hogares, oficinas, industrias y equipamientos de los Estados Unidos. A ello, pues.