Los astilleros públicos Navantia, finalizada ya la reconversión del sector, quiere mantener (y mejorar) su posición actual en el mercado internacional de diseño y construcción de buques civiles y militares y para lograrlo va a reorganizar su área de innovación y desarrollo. Desde esta primavera, la empresa articula estas actividades en lo que denomina una célula de innovación abierta. Para identificarla, ha escogido un nombre muy singular: Monodon.
Tecnologías disruptivas
La elección no es casual: el monodon es un cetáceo comúnmente conocido como narval que tiene un solo cuerno. De hecho, hay quien prefiere llamarle, directamente, el unicornio del mar y es precisamente por esta circunstancia que en Navantia han elegido ese nombre: en entornos tecnológicos, los unicornios son las empresas que alcanzan una valoración equivalente a 1.000 millones de dólares sin tener presencia en bolsa. Monodon nace, por tanto, para investigar y experimentar con tecnologías nuevas que pueden ser eventualmente aplicadas por Navantia o, también, vendidas a terceros. “La creación de Monodon es una paso más allá en nuestra estrategia de I+D+i. El Plan Estratégico 2018-2022 supuso la adopción de tecnologías como la inteligencia artificial o el Internet de las Cosas, tanto en nuestros procesos como en los productos y servicios que ofrecemos a nuestros clientes. Navantia es hoy una empresa puntera y para mantener esta posición debe utilizar nuevos mecanismos”, explica Donato Martínez, director de Tecnología y Transformación Digital de Navantia.
Laboratorios propios
En su búsqueda de la innovación, Monodon contará con sus propios laboratorios y colaborará con centros de investigación, universidades y startups para detectar tendencias, poner em marcha programas piloto y atraer talento. De momento, explican desde la compañía, Navantia ha comenzado ya a dar “sus primeros pasos con tecnologías como la computación cuántica, la robótica, los nuevos materiales, la nanotecnología y la impresión 4D, entre otras”.