La niebla es, sin duda, una de las contingencias más desagradables que podemos encontrarnos en la carretera y, lamentablemente, en estas primeras semanas de enero es habitual en muchos puntos de la Península. Conducir con niebla no es nada fácil, ya que propicia las colisiones por alcance. Con todo, hay maneras de prevenir y, hoy, queremos contarte algunas.
Más distancia de seguridad
La distancia de seguridad entre vehículos varía en función de la velocidad a la que circulamos. Así, cuando utilizamos con nuestro coche vías urbanas con velocidad limitada a 30 km/h, basta con 9 metros; pero si circulamos a 50 kilómetros por hora, la distancia deberá ser de 25. En vías interurbanas en las que se permita circular a 90 km/h, bastará con 81 metros entre vehículos y si el límite está en 100 kilómetros por hora, harán falta 100 metros. En autopista y circulando a 120 km/hm lo correcto es dejar 144 metros entre turismos. Con niebla, por supuesto, es aconsejable incrementar estas distancias notablemente, como mínimo en un tercio.
Luces
Las luces largas, aunque nos parezca que vemos mejor con ellas, no deben usarse jamás porque deslumbran a los conductores de vehículos que se nos acercan en sentido contrario y, en estas situaciones de visibilidad mínima, la ceguera momentánea por deslumbramiento puede tener consecuencias fatales. Si la niebla es densa, utilizaremos las luces antiniebla delanteras y traseras. Por supuesto, las apagaremos al salir de cada banco de niebla, ya que deslumbran muchísimo.
No temas parar
La niebla es peligrosa porque reduce la visibilidad y, también, porque humedece el firme y reduce la adherencia. Si la situación provocada por ella te supera, no temas parar y esperar a que se disipe. Es mejor llegar tarde que no llegar nunca.