El verano, con el incremento del consumo energético que el uso intensivo de sistemas de refrigeración conlleva, ha vuelto a situar en máximos las tarifas eléctricas. Esta situación ha reactivado el interés de muchos consumidores por activar estrategias de ahorro que, a menudo, no incluyen los contratos de suministro de gas. En verano, con la generalización de las vitrocerámicas, el consumo de este suministro se reduce, pero con los primeros fríos del otoño volverá a crecer. Por eso, este final de agosto es un buen momento para identificar mejores tarifas gasísticas.

 

¿Cómo hacerlo?

Lo primero es analizar el consumo, ya que sólo así podremos elegir el modelo de consumo más conveniente. Es necesario, por tanto, analizar las últimas facturas e identificar en qué meses se concentra el consumo. Una vez completado este paso, es preciso solicitar ofertas y realizar comparativas. Hoy, con fácil acceso a las webs de las diferentes compañías suministradoras y con la ayuda de comparadores, es fácil hacerlo. Racionalizar el consumo siempre es una gran idea.

Atención al cliente y sostenibilidad

Cuando se trata de suministros, no todo es precio y la atención que cada empresa ofrece a sus clientes es también un factor a tener en cuenta y, al tiempo, una manera de evaluar a cada compañía. Una batería de consultas telefónicas nos permitirá conocer cómo trata cada compañía a sus abonados y, lo que es más importante, conocer con detalle las condiciones de cada contrato que se nos ofrece y la duración de las promociones.  Por último, otro factor a tener en cuenta es el origen de la energía que se suministra. Quizá una empresa que incorpore a sus redes de suministro un mayor volumen de biogás sea un poco más cara de inicio pero, también, estará más protegida frente a los vaivenes del mercado que otra que sólo trabaja con gas de origen fósil importado. Sin embargo, y como con cualquier otro suministro, cuando se trata de gas no conviene casarse con nadie y es positivo estar siempre al tanto de las mejores ofertas.