En Suecia lo tienen claro: nada de pantallas y más libros de texto. La noticia llega, además, al tiempo que los desastrosos datos del informe Pirls (que mide la comprensión lectora de los alumnos de cuarto de Primaria) muestra para aquel país. En concreto, los niños suecos obtienen 544 puntos, lo que supone once puntos menos que en el anterior informe, que data de 2016. Los datos de España son todavía peores (521 puntos, siete menos que en 2016), pero la puntuación concreta de Catalunya bate récords en lo negativo: 507 puntos. ¿Se tomarán medidas? De momento, lo que sí se ha hecho son declaraciones.

Porcentajes

Más allá de puntuaciones, lo que abruma del estudio son los porcentajes: en toda España, sólo un 6% de los alumnos que participaron el estudio mostró un nivel de comprensión lectora avanzado y únicamente un 30% alcanzó un nivel alto. El 5% mostró un nivel muy bajo, el 20% un nivel bajo y el 40% un nivel intermedio. En Catalunya, únicamente el 3% de los alumnos evidenció tener una capacidad avanzada de comprender lo que lee y justo el doble, un 6%, evidenció que su nivel era muy bajo. El 24% mostró un nivel bajo y el 43%, un nivel intermedio. La media de alumnos con un nivel de comprensión lectora avanzado en la OCDE es del 11% y, si nos fijamos en el porcentaje de alumnos con un nivel alto, éste llega al 33%. En Asturias y Madrid, el porcentaje de alumnos con nivel avanzado es del 11 y el 8% y el exiguo 3% registrado en Catalunya es equivalente al porcentaje de Melilla y supera sólo al de Ceuta.

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La ministra sueca, en una biblioteca escolar

¿Qué han decidido en Suecia?

Para la ministra sueca de Educación Lotta Edholm, los malos datos suecos son consecuencia de “una crisis de lectura” que existiría, a su entender en las escuelas del país y, por eso, van a poner más énfasis en los libros y menos en los dispositivos electrónicos. Merece la pena, sin embargo, fijarse en los datos suecos: un 5% de los alumnos mostró un nivel de comprensión lectora muy bajo, un 14% alcanzó uno bajo, el 31% logró llegar a un nivel intermedio y el 35% alcanzó un nivel alto. El nivel de alumnos con un nivel de comprensión lectora avanzado fue del 15%. Comparados con los datos españoles, da casi hasta vergüenza. Y no por lo mal que lo hayan hecho nuestros alumnos, sino por algo más grave: lo único que se les ocurre por aquí es decir que presentarán “un plan de lectura en julio” y que “impulsarán” las bibliotecas escolares. Suena casi a broma cuando, hace nada, desde la Universitat de València diferentes investigadores han considerado que era, precisamente, el momento de redactar un manifiesto “a favor de las bibliotecas escolares y el acceso a las lecturas en papel”. Según el Ministerio de Educación, el 86,9% de centros escolares que tenían biblioteca al terminar el curso 2015-2016 se había convertido en un 81,8% al final del curso 2019-20. El desastre en Catalunya es aún mayor: al acabar el curso 2019-2020, sólo el 56,8% de los colegios tenía biblioteca. Todos, eso sí, tenían pizarras electrónicas.