El verano no es época de niebla, pero sí de conducir más de lo habitual y, también, de que se pongan al volante personas que no conducen habitualmente. Cuando conducir no es una actividad cotidiana (o cuando se lleva un coche que no es el de uno) los errores en la conducción son más frecuentes y uno de los más habituales tiene que ver con los sistemas de iluminación. Conductas como llevar luces largas sin ser necesario o, también, emplear los faros antiniebla cuando no hace falta, son fallos frecuentes. Y tanto uno como otro son conductas sancionables.

 

Sanciones

La DGT obliga a emplear la iluminación antiniebla en situaciones de nevadas, nubes que dificulten la visibilidad, niebla o lluvia intensa. En sí, deben emplearse siempre que la visibilidad se reduzca a niveles mínimos. Si no lo haces, te enfrentas a una multa de 200 euros, pero no se pierden puntos. Y no se multa sólo por no usarlas: se sanciona también por utilizarlas cuando no es necesario, algo que sucede también en el caso de las luces largas ¿En qué ocasiones son imprescindibles los antiniebla? Si la visibilidad es inferior a 20 metros. Eso significa, por ejemplo, que no podrás ver bien el coche que llevas delante.

Utilidad

Más que para ver,  los faros antiniebla sirven para ser vistos. Por eso, incluso más que las delanteras, importan las traseras. Están separadas de las otras luces del vehículo, quedan más cerca del suelo y tienen, como función principal y si nos referimos a las delanteras, iluminar la calzada para que el conductor pueda ver el recorrido inmediato sin molestar al resto de conductores. Las de delante se emplean cuando hay niebla densa y la visibilidad es mínima. Con todo, la DGT permite emplearlas en más contextos: con niebla no muy espesa, en medio de tormentas o al adentrarnos en nubes de polvo. Las de detrás son rojas y las de delante, blancas o amarillo selectivo. Se pueden usar de día y si, por alguna razón, el coche no dispone de estas luces, se pueden empelar como sustituto las luces de cruce. Las luces largas se emplean en contextos de noche cerrada y ausencia de iluminación en la vía, especialmente si no hay tráfico.