Seguro que lo has leído en redes sociales mil veces y, a lo mejor, hasta has escuchado por televisión a algún tertuliano o autotitulado divulgador diciéndolo: Versalles –y con Versalles el resto de grandes palacios reales europeos construidos en los siglos XVII y XVIII- eran auténticos estercoleros en los que, como no había baños, la gente orinaba y defecaba por los rincones sin pudor alguno. La mayoría de quienes frecuentaba estos espacios, según se indica en estos apuntes, tampoco cuidaba su higiene en exceso y sólo los afeites, perfumes y ungüentos disimulaban el mal olor y la roña. ¿Te lo crees? Pues no lo hagas: nada de eso es cierto.

Felip V es coronat a Versalles. Font: Museu de Versalles
 

Desmentidos

Tal es el volumen de inputs digitales en los que se explican con detalles incluso escabrosos tales circunstancias que portales como visitarversalles.es han salido al paso para desmentirlo. En la web, que se autodefine como la “primera plataforma informativa y de serva de entradas del complejo de Versalles”, tienen hasta una sección dedicada al asunto. Se llama Higiene en Versalles ¿tan mal olía el Palacio? y se activó en 2019. Pese a ello, en Linkedin, se compartía esta misma semana un apunte contando lo más arriba detallado.

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¿Cómo era Versalles entonces?

En Versalles, efectivamente, no había baños tal y como los conocemos, pero nadie se dedicaba, y así lo explican en el citado portal, hacer sus necesidades “aquí y allá, detrás de columnas o cortinas dando lugar con ello a un estercolero fétido y opresivo”. En el Palacio, no existían sistemas de alcantarillado ni tuberías de desagüe, pero si cámaras dotadas de cubos, cuencos o sillas diseñados para “aliviar las necesidades básicas”. De vaciarlos se encargaba “una legión de sirvientes encargados de la limpieza regular de estas estancias”. La ventilación no era la mejor y la higiene personal, algo más laxa que la habitual, porque no era costumbre entonces el baño diario.

Probablemente, y así lo detallan en el portal Visitar Versalles, la percepción para una persona común de la actualidad no sería óptima; pero aquella época era muy otra. Con todo, Versalles no era un estercolero: era, como cualquiera con juicio suficiente puede entender, un espacio que, según los estándares de la época era lujoso y limpio. ¿Por qué entonces damos credibilidad a las historias que, de manera recurrente aparecen aquí y allá sobre las supuestas horribles condiciones en las que se vivía en aquellos palacios? Muy sencillo: los estados democráticos europeos actuales son herederos de la Revolución Francesa en buena parte. Con la monarquía abolida y mientras se luchaba por construir un nuevo régimen, en Francia muchos consideraron que era una buena idea difundir relatos interesados e identificar al régimen anterior con todo tipo de estereotipos negativos. Como siempre pasa, unos eran ciertos, otros lo eran sólo a medias y algunos, directamente eran mentira.

¿Eran unos marranos en Versalles, en El Escorial o en Buckingham Palace? Seguramente, según nuestros estándares actuales; sí; pero no según los de la época en que se construyeron. La historia, siempre, la escriben los vencedores y los Borbones franceses, que fueron quienes levantaron Versalles, perdieron. Ah, y lo de que Isabel La Católica no se lavaba, también es mentira.