España, aunque con una trama menos tupida, se empezó a llenar de canales para transporte y riego a partir del siglo XVIII. Vías como el Canal de Castilla, el Canal Imperial de Aragón o el Canal del Guadarrama conviven hoy con otras infraestructuras más modernas pensadas sólo para el riego como el Canal Segarra-Garrigues o el Canal de Aragón y Catalunya. Las vías fluviales artificiales de transporte tendidas en el s.XVIII o XIX se utilizan hoy para el riego o el recreo, pero en Estados Unidos – en concreto en una reserva india de Arizona- están aprovechándolos para otros usos como, por ejemplo, instalar paneles solares sobre su lámina de agua.

 

En Arizona

La primera experiencia de este tipo se desarrolla en Arizona, en el territorio de la comunidad india del río Gila. Allí, y sobre el canal Level Top, se han instalado placas solares para preservar el agua de la evaporación y generar energía eléctrica renovable que se usará para abastecer instalaciones de riego. Mediante una inversión de 6,74 millones de dólares, los promotores esperan crear una infraestructura con 1MW de potencia y dar así un nuevo impulso a la agricultura de la zona. Los trabajos estarán completados en 2025 y los ejecuta el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos. En España, vías fluviales de transporte que salvaban mediante sistemas de esclusas notables desniveles (caso del Canal de Castilla) ya se utilizaron en su día para generar energía eléctrica. Ahora, en Arizona, inventan una nueva manera de hacerlo.

¿Y en España?

En España, el Estado acaba de aprobar una normativa que permite instalar células fotovoltaicas sobre láminas de agua. Como ocurre a menudo, la normativa es aquí mucho más restrictiva que en otros territorios y, además, está convirtiéndose además en objeto de debate político dentro de una coyuntura en la que la crispación es norma. En Aragón, CCAA en la que los embalses son numerosos y combinan usos agrícolas y recreativos, dicen no a estos aprovechamientos.