¿Has recibido durante estas últimas semanas llamadas de números extraños a horas intempestivas –generalmente, después de cenar, muy pronto por la mañana o a la hora de la siesta- en las que, durante unos segundos, nadie contesta si descuelgas y que se cuelen cerrar con un simple (y absurdo) ‘goodbye’? Si es así, eres una víctima más de un nuevo sistema de spam telefónico. Son las robollamadas.

 

¿De qué se trata?

Son llamadas aleatorias realizadas de manera masiva con fines prospectivos por empresas de marketing telefónico que pretenden depurar de esta manera tan molesta sus bases de datos para comprobar si los números que contiene están aún activos y pertenecen a alguien vivo que contesta a unas horas concretas. El objetivo principal de estos invasivos contactos es, precisamente, saber a qué hora está disponible cada usuario para, después, contactarle con finalidades comerciales para ofrecerle productos de todo tipo que, demasiado a menudo, son fraudes en los que mediante técnicas de phishing se intenta obtener datos bancarios ofreciendo contratos de servicios inexistentes.

Una versión más peligrosa

Estas llamadas de prospección coexisten con otras directamente fraudulentas que tienen un objetivo más perverso: grabar la voz del usuario diciendo sí –una manera muy habitual de contestar en España- para utilizar esa grabación como validador de contrataciones ilegales. La única opción para evitar esta estafa es no contestar a números desconocidos o no contestar con un nunca.