¿Trabajas en una empresa familiar? Si es así, lo tienes más difícil para disfrutar de tus vacaciones al máximo y olvidarte del trabajo durante unos días. Lo explica Family Business Solutions, consultora especializada en empresas familiares. ¿Por qué sucede?
Veranear con quien se trabaja
En las empresas familiares, la fuerza de trabajo está unida por lazos que van más allá de la actividad laboral cotidiana y, por ello, es habitual que las vacaciones veraniegas se pasen en casa de veraneo familiar o, también, haciendo viajes con los familiares con quienes durante el resto del año se trabaja. Por todo ello, explican desde Family Business Solutions “resulta más difícil desconectar por completo de la rutina diaria y tomar distancia de la empresa.Veranear con familiares -padres, hermanos, primos, tíos…- que también son jefes y compañeros de trabajo supone una dificultad añadida a la hora de desvincularse de los temas laborales, puesto que, aunque las vacaciones sean un momento de ocio, se tiende a hablar con ellos sobre cuestiones relacionadas con la compañía, cosa que dificulta desconectar”, indica Ricard Agustín, fundador de Family Business Solutions.
Más conflictos
La no desconexión se convierte así en un riesgo añadido, ya que comidas familiares y reuniones lúdicas en principio se convierten en comidas de trabajo en las que, además, se inmiscuyen otros miembros de la familia que no trabajan en el negocio. El tiempo adicional de convivencia incrementa así el riesgo de conflictos en las familias empresarias: “es un error pensar que por estar de vacaciones los conflictos se resolverán por arte de magia. Es más, estos pueden acrecentarse porque habrá un contacto familiar más intenso y superior al habitual, tal y como ocurre también en Navidad”, indica Agustín. ¿Qué hay que hacer entonces? Pasar las vacaciones estivales por separado para poder desconectar y recuperar fuerzas sin poner en riesgo la armonía familiar y la eficacia empresarial. Sin embargo, en algunos casos no es posible, ya que en este tipo de negocios se duele otorgar a la unión familiar un valor muy importante. La solución en estos casos pasa por un pacto tácito o expreso que restrinja las conversaciones sobre asuntos laborales al ámbito de la empresa, y deje los momentos de ocio y vacaciones para otros menesteres.
Consejos a seguir
Durante las vacaciones, conviene tomar distancia con el trabajo y evitar hablar, en la medida de lo posible, de temas laborales en momentos que deberían ser para el ocio y la distensión. También es importante ser más dialogante y medir las palabras, así como poner límites y abordar lo laboral sólo si se trata de un asunto inaplazable. En estos casos, los familiares no vinculados directamente a la empresa deben quedar al margen de estos asuntos. Con todo, lo mejor es, siempre que varios miembros de la familia trabajen juntos y existan entre ellos relaciones jerárquicas o de colaboración, dar libertad a la familia para poder pasar las vacaciones separada sin resentimientos o para que cada uno pueda gestionar sus vacaciones libremente, aunque se comparta un mismo techo.