Los perros, y si tienes uno en casa lo sabes, comen casi de todo, pero eso no significa que deban hacerlo. Existen una serie de alimentos que jamás deberías suministrar a tu amigo de cuatro patas. Te los detallamos para que, así, cuides su salud como es debido.

Nada de chocolate, café y ajo
El chocolate, por mucho que te guste, es fatal para un perro, ya que contiene teobromina, un alcaloide que otorga al chocolate su sabor amargo y que los perros no metabolizan. Con 100 gramos que coma, tu perro puede sufrir ya una intoxicación grave y sufrir daño en los riñones y el corazón. La cafeína tiene efectos idénticos y el ajo, que contiene alicina, puede ayudarle a luchar contra parásitos intestinales pero, al tiempo, destruye la flora bacteriana de su aparato digestivo y podría generarla anemia, ya que oxida la membrana de los glóbulos rojos.
Ni frutos secos ni sal
Cuidado también con los frutos secos, especialmente las nueces y las almendras, pues contienen sustancias que impiden que nuestros amigos asimilen ciertos minerales, proteínas y vitaminas. La sal también es negativa para ellos, porque consumida en cantidades abundantes puede deshidratarles.
Nunca huesos cocinados
Los huesos, por supuesto, les encantan, pero nunca les entregues un hueso cocinado: se rompen fácilmente y pueden llegar a provocarles heridas internas. Los huesos de pollo, que se astillan con facilidad, también están prohibidos.