OpenAI ha presentado sus nuevos modelos de razonamiento, o3 y o3-mini, marcando un punto de inflexión en el desarrollo de inteligencia artificial. Este anuncio pone de manifiesto avances significativos en el camino hacia la AGI (Inteligencia Artificial General), mostrando mejoras notables en la comprensión, adaptación y procesamiento de información compleja.
Si te preguntas por qué OpenAI ha decidido saltearse un número y pasar de o1 a o3, el motivo sería bastante sencillo: para no infringir marcas registradas. Todo apunta a que la startup de Sam Altman hizo lo posible para no meterse en problemas con Telefónica, que es dueña de O2.
De o1 a o3: un salto estratégico
OpenAI ha optado por saltarse la versión o2 y lanzar directamente o3 y o3-mini. Según la compañía, este paso representa un cambio radical en la arquitectura y capacidad de los modelos, dejando atrás limitaciones técnicas previas y apostando por un enfoque más avanzado. Estas versiones presentan una mayor eficiencia y velocidad de razonamiento, lo que las hace ideales para aplicaciones complejas como planificación avanzada, análisis científico y resolución de problemas en tiempo real.
El modelo o3-mini, por su parte, está diseñado para dispositivos más ligeros, ofreciendo capacidades similares con menos recursos, ideal para integración en sistemas móviles y domésticos.
Hacia la AGI: el papel de o3 y o3-mini
Con o3, OpenAI avanza hacia su meta de desarrollar AGI, una inteligencia artificial capaz de igualar o superar el razonamiento humano en cualquier tarea intelectual. Estos modelos incluyen avances en aprendizaje continuo, mejora en contextos más amplios y una capacidad sin precedentes para adaptar sus respuestas basándose en patrones de razonamiento lógico y emocional.
Si bien se presentaron algunos ejemplos prácticos durante la demostración, OpenAI aprovechó la ocasión para mayormente mostrar las primeras evaluaciones de o3 y o3-mini. Lo más interesante fue, sin dudas, que ambos modelos pudieron superar drásticamente a o1 y o1-mini en los benchmarks de ARC-AGI, que están especialmente desarrollados para medir las capacidades de los modelos de inteligencia artificial contra la mente humana en el camino hacia la inteligencia artificial general (AGI).
En dichas pruebas, o3 alcanzó una puntuación del 87,5 %, superando drásticamente el máximo de 32 % de o1, y convirtiéndose en la IA de mejores resultados en estos tests. ¿Significa esto que OpenAI está a un paso de la AGI? Evidentemente no, pero sí que sus modelos están dando pasos cruciales en esa dirección. Los de Sam Altman se han comprometido a trabajar con ARC-AGI para desarrollar nuevos benchmarks en conjunto y seguir explorando las capacidades de su tecnología.
Esta evolución no solo impulsa aplicaciones prácticas, sino que también plantea preguntas sobre la ética y el impacto social de la inteligencia artificial avanzada, aspectos que OpenAI asegura estar abordando con rigor.