OpenAI, uno de los líderes en inteligencia artificial, continúa con su ambicioso proyecto para desarrollar chips de fabricación propia. Este paso, anticipado desde hace varios meses, fue confirmado en una exclusiva de Reuters, donde se informa que la empresa está evaluando la inversión necesaria y estableciendo alianzas clave con empresas experimentadas en el sector de los semiconductores. Este movimiento responde a la necesidad de OpenAI de reducir los costes operativos de modelos como ChatGPT, que cada día demandan más recursos computacionales debido al volumen de consultas y la complejidad de sus algoritmos.
Según Reuters, esta idea se planteó por primera vez a principios de 2023. La intención es reducir la dependencia de terceros proveedores, como Nvidia, cuyos chips son actualmente un recurso indispensable y, al mismo tiempo, una limitación para el crecimiento de OpenAI debido a los altos costes y la disponibilidad limitada. Ante el aumento de la demanda y los elevados precios, OpenAI está considerando que su mejor alternativa a largo plazo es invertir en infraestructura propia, una estrategia que se apoya en la experiencia de grandes empresas del sector, como TSMC o Samsung.
Costes y desafíos del desarrollo de chips propios
Crear y fabricar chips de inteligencia artificial a la medida no es tarea sencilla ni barata. Las inversiones iniciales son de miles de millones de dólares, y construir una planta de semiconductores puede tardar entre tres y cinco años antes de ver resultados. La inversión también incluye el diseño, la ingeniería y los prototipos de estos chips, elementos esenciales para asegurar que el hardware esté completamente optimizado para sus modelos de IA, como GPT-4 y sus sucesores.
Además, no es solo cuestión de tiempo y dinero: la competencia en el desarrollo de chips de inteligencia artificial está en su auge, con gigantes como Google y Amazon que también invierten en sus propios semiconductores, lo que encarece los recursos y el talento en el sector. Sin embargo, según la analista Stacy Rasgon, de la firma de análisis Bernstein, los costes operativos son una gran motivación para OpenAI.
Cada consulta en ChatGPT cuesta unos 4 céntimos, una cifra que puede parecer pequeña, pero que se traduce en un gasto enorme para una plataforma con millones de usuarios activos diariamente. Si OpenAI logra fabricar su propio hardware, podría reducir significativamente estos costes.
El respaldo de los líderes en tecnología y semiconductores
Para acelerar el proceso, OpenAI está en negociaciones para asociarse con compañías con experiencia y capacidad en la fabricación de semiconductores, como TSMC y Samsung. Estas alianzas permitirían a OpenAI acelerar el desarrollo de sus chips y asegurar la calidad y eficiencia en cada fase del proceso. Los expertos creen que este proyecto podría sentar un precedente en la industria tecnológica, permitiendo a OpenAI tomar mayor control sobre su infraestructura y limitar la influencia de terceros en sus operaciones.
Además, este movimiento podría abrir una puerta a nuevas capacidades tecnológicas para OpenAI. Con sus propios chips, la empresa tendría la libertad de optimizar el hardware específicamente para modelos como ChatGPT y DALL-E, logrando un rendimiento superior y posiblemente superando a la competencia.
Esto también podría consolidar a OpenAI como uno de los jugadores más autónomos y poderosos en el mundo de la inteligencia artificial, marcando un antes y un después en la industria de los semiconductores para IA.