Cualquier móvil actual mejora en mucho las capacidades de cámaras réflex de hace una década pero, como todo, hay que saber manejarlos. La cotidianeidad nos hace a menudo olvidar que, con decisiones muy simples, se puede optimizar el resultado de las fotografías que hacemos con el móvil. Ahí van tres.

 

Comprobar la calidad

Lo primero de todo, y no por básico es menos importante, es comprobar los ajustes de la cámara en lo que a calidad final de las imágenes se refiere. Las opciones suelen ser tres: baja, media y alta y lo habitual es que el móvil esté configurado de fábrica para tomar fotos en calidad media o baja.

Automatiza el HDR

El HDR, esa genial opción que incorporan todos los móviles y que neutraliza los molestos contraluces, debe estar siempre en modo  automático. Sí, es cierto, consume más batería, pero este genial invento. El Alto Rango Dinámico (traducción del inglés High Dynamic Range) es una técnica es el proceso de imágenes que implica obtener la información que se desea de una escena en distintas tomas y después juntar esas fotografías en una sola. Si lo automatizas, notarás la diferencia.

Nada de marcas de agua

Les ha pasado a más de uno: la traicionera marca de agua es otro de los elementos que aparecen por defecto en las instantáneas que se toman con un móvil a no ser que el propietario se moleste en eliminarla. A la marca le aporta mucho (otorga visibilidad), pero al usuario le complica la vida al incluir a un molesto intruso es todas y cada una de las instantáneas. Dando por hecho que la mayoría de las fotografías que se toman con un móvil suelen servir para ser compartidas, no hay razón alguna para mantener ese molesto peaje que los fabricantes colocan en nuestras fotografías.