Prevenir un ciberataque es ciertamente difícil si quien lo sufre ignora de dónde proceden los últimos que ha sufrido su organización y qué vía de entrada han utilizado los ciberdelincuentes. En esa peligrosa situación se encuentra más de la mitad de las pequeñas y medianas empresas catalanas que ha sufrido una intromisión de este tipo.

Desconocimiento

Los datos los facilita el Idescat: la capacidad de gestionar un ataque de este tipo que muestran las empresas catalanas es limitada, dado que la mayoría de los negocios que han sido víctimas (51,6%) indican que desconocen cuál fue la vía de entrada. Con ello, articular estrategias de protección resulta difícil. Este desconocimiento tiene además otra consecuencia: casi la mitad de las víctimas (46,4%) no denuncia. A toda esta preocupante situación hay que añadirle un dato más inquietante todavía: un 6,8% de las empresas encuestadas por el Idescat admite haber pagado un rescate ante un intento de ciberextorsión.

Ciberataque
 

 

El riesgo existe

Uno de los factores limitantes más destacados que afrontan las pymes y los autónomos catalanes en materia de ciberseguridad es la baja percepción de riesgo de los pequeños empresarios y autónomos.  Aunque el 95% de los titulares de establecimientos empresariales dice que sí que toma medidas y el 94,7% asegura que hace copias de seguridad de sus datos en una ubicación separada. El Idescat certifica que un 26% de las empresas catalanas pequeñas y medianas ha sufrido un ataque de este tipo en algún momento de su devenir. El 10%, además, lo ha sufrido durante el último año.  ¿Llega ya a la hora de tomarse la amenaza en serio y asumir que no sólo gigantes como Iberdrola, El Corte Inglés o la Agencia Tributaria son objetivo de los ciberdelincuentes? Lo inaceptable, sin duda, es que el 51,6% de las víctimas de una extorsión de este tipo ignore de dónde procede el ataque.