Twitter está muy bien para ganar influencia (o para esconderse si gobiernas y no te atreves a dar ruedas de prensa con preguntas abiertas), pero también debería servir, si eres su dueño, para ganar dinero algo que hasta ahora nadie ha tenido muy claro como conseguir. Elon Musk, su nuevo propietario, quiere dar con la forma y, para ello, tiene un plan muy concreto que incluye cinco medidas. Vamos a ver cuáles son.
Menos trabajadores y nueva dirección
En Twitter trabajan 7.000 personas y Elon Musk considera que con 3.500 hay más que suficiente. Por eso, se ha puesto ya manos a la obra y ha empezado despidiendo al director general Parag Agrawal. Los 3.500 que queden van a trabajar a las órdenes de un nuevo equipo directivo en el que figurarán personas de la confianza de Musk e, incluso, Kayvon Beykpour, antiguo jefe de producto de la red social al que despidió la anterior dirección.
Quien más beneficio obtiene por estar en la red tendrá que pagar
Hasta la fecha, estar en Twitter es gratis, incluso disponiendo de un perfil verificado, pero Musk tiene otras ideas. Los usuarios verificados son, principalmente, personajes públicos, empresas e instituciones que difunden sus mensajes a través de la red social. Todos ellos, considera Musk, deben pagar algo a cambio del beneficio que les reporta estar en Twitter. De momento, la propuesta es obligarles a contratar Twitter Blue, el servicio de pago de la red, y subir la cuota mensual que se exige por disfrutar del mismo. Ahora cuesta unos 5 dólares y Musk quiere que haya que pagar 20. Al tiempo, el nuevo dueño de Twitter quiere reactivar Vine, una aplicación que permitía compartir vídeos de formato corto y que dejó de funcionar en 2016, cuatro años después de que Twitter la comprase. Elon Musk considera que puede ayudarle a competir con Tik Tok.
Nuevos criterios
Elon Musk quiere que Twitter se convierta en un “refugio para la libertad de expresión” y, para ello, plantea nuevos criterios de control de publicaciones. No le gustan ni el actual sistema de control de fake news ni está de acuerdo con la forma como se evalúan los contenidos que pueden llegar a ofender a colectivos concretos. Considera que, en ambos casos, son demasiado restrictivas y, por eso, cada día que pasa Elon Musk empieza a caernos mejor a muchos más.