Otro estudio lo indica: el biogás, adecuadamente explotado, puede ser una herramienta clave para alcanzar la suficiencia energética y, en la era de las energías sostenibles, no seguir dependiendo de terceros como sucede desde hace doscientos años. Sedigas, asociación empresarial del sector gasístico sin ánimo de lucro, acaba de publicar un estudio sobre la capacidad de producción de biometano en España. Y sorprende.

 

Más de 2.300 plantas

El tope de producción que Sedigas cuantifica alcanza los 163 TWh anuales, lo que supone un 21% del gas que se consumió en España en 2019, antes de la pandemia y de la Guerra de Ucrania. Según el informe, España tiene potencial productivo para mantener 2.326 plantas de biogás que se situarían, principalmente, en Castilla y León (520), Andalucía (334), Castilla La Mancha (305), Catalunya (248), Aragón (238), Extremadura (164) y Galicia (121). Se trata, principalmente, de desarrollos vinculados a complejos agroganaderos, plantas de tratamiento de RSU, depuradoras y, en menor número, plantas en las que se trataría biomasa forestal residual.

¿Qué es el biogás?

El biogás o biometano es un gas renovable con características idénticas a las del gas natural que se produce mediante el aprovechamiento de residuos, que se tratan para producir energía en lo que constituye un ejemplo de economía circular puesta en práctica. Al asociarse a instalaciones agroganaderas en muchos casos, las plantas productoras se ubican en entornos rurales, por lo que se convierten en herramienta para atraer y mantener población en estas zonas. En Francia funcionan unas 500 plantas de este tipo y en Alemania, 600. En España, con suerte, cerraremos 2023 con menos de 30. ¿Podemos permitírnoslo? Producir un MW de biometano cuesta entre 45 y 65 euros y activar el potencial productivo que existe en España podría llegar a suponer, indica Sedigas, hasta 4.000 millones de ahorro anuales en la factura energética.