El edadismo, desgraciado sesgo que se activa cuando alquien da por cierto que, a medida que una persona envejece, se convierte se también en menos capaz; hace que desde 2008 el paro entre los mayores de 55 años se haya triplicado en España y que el 75% de los profesionales que pierden su empleo a partir de los 50 años dé por hecho que no trabajará más. A menudo, tal suposición es una excusa que oculta razones menos confesables como el miedo a trabajar con alguien mejor formado y con más experiencia o, incluso, la voluntad de pagar siempre sueldos propios de recién licenciados. Con todo, existen muchas razones (también en el sector TIC) para contratar a personas con 50 o más años. Y muchos presupuestos erróneos (y hasta maliciosos) que hay que combatir. 

 

Claro que los mayores entienden de tecnología

Un profesional con 50 años nació en 1973 y, por tanto, ha desarrollado toda o gran parte de su carrera profesional con ordenadores y todo tipo de tecnologías de por medio. Conoce, porque los ha vivido en primera persona, los procesos de cambio y, por eso, está capacitado para afrontar los que pueda generar cualquier tecnología disruptiva que pueda surgir en los próximos años con sentido común y sin dejarse llevar por entusiasmos excesivos que generan expectativas vanas. Cualquier cambio actual se queda en nada cuando se compara con el paso de la máquina de escribir al ordenador, algo que cualquier mayor de 50 vivió y superó.

 

Rinden tanto (o más) que un joven

Un profesional de 50 o más años llega a una empresa con, generalmente, la vida asentada, hijos mayores y sin las urgencias que pueda tener alguien más joven. Por eso, porque tiene ya muchas cosas hechas, puede asumir con más facilidad esfuerzos que a profesionales con otras edades podrían resultarles inasumibles. La conciliación, conforme la edad del profesional es mayor, es más sencilla.

El compromiso de los sénior es mayor

En mercados laborales como el nuestro, una persona de más de 50 años lo tiene ciertamente complicado para encontrar un empleo, así que, si se le contrata, valorará mucho más lo que se le ofrece y su compromiso con el proyecto y la empresa será mayor. En sectores de gran movilidad como el de las TIC, el talento senior permite consolidar equipos.

La experiencia siempre es un grado

Nada de lo que hoy acontece o haya de acontecer en los próximos años es muy distinto de lo que ha pasado ya. De hecho, sólo la pandemia ha sido un elemento verdaderamente inédito en el devenir de las empresas durante los últimos 50 años y, por eso, ante cualquier crisis, un profesional con experiencia puede aportar soluciones, planteamientos e ideas que otra persona más joven ni imagina. Con profesionales senior, una empresa gana en autenticidad, autoconfianza, resiliencia, capacidad de resolución de conflictos y hasta cultura general, que no es un bien abundante en entornos empresariales. Y lo que no se sabe, se aprende.