El primer frigorífico moderno lo inventó Carl von Linde, fundador de la multinacional del sector de los gases industriales hoy conocida como Linde AG, en 1876. Era un refrigerador por comprensión que empleaba éter metílico como fluido frigorígeno, pero todavía habrían de pasar décadas hasta que la nevera eléctrica se convirtiera en un electrodoméstico habitual en las viviendas gracias al uso de clorofluorocarbonos (CFC), unos gases que, por su poder contaminante, fueron sustituidos por otros menos dañinos. Sin embargo, la primera nevera de la que se tiene noticia es muy anterior. Y, no, no es ese armario en el que se metían barras de hielo del que te hablaban tus abuelos.

En la antigua Persia
El primer artefacto refrigerante del que se tiene noticia se ubicó en la antigua Persia y se construyó hace unos 2.500 años. Constaba de una estructura de arcilla en forma de cúpula con forma de espiral construida sobre un foso de gruesas paredes que se recubrían con un mortero especial elaborado con arena, arcilla, clara de huevo, ceniza y pelo de cabra que las impermeabilizaba y reducía al mínimo la transferencia de calor al exterior. El foso, compartimentado en habitaciones, se llenaba de hielo y la estructura se completaba con un sistema de captación de viento que ayudaba a mantener la temperatura interior del recinto lo más baja posible. La estructura se denominaba yakhchal, que se podría traducir a nuestro idioma como foso de hielo. El hielo interior se producía en estanques conectados a la estructura que se mantenían frescos durante el día siempre porque el yakhchal proyectaba su sombra sobre los mismos y en los que por la noche el agua se congelaba. Aunque existieron estructuras privadas de este tipo, la mayoría eran comunales.

En Europa, pozos de hielo
En sí, aunque más antiguos, los yakhchal son estructuras similares a los pozos de hielo o neveras comunales que existieron hasta principios del siglo XX en muchas ciudades y pueblos europeos. Como éstos, decayeron con la aparición de la industria del frío industrial, capaz de producir y conservar hielo más limpio y de manera más sencilla que estas estructuras. En el Irán actual se conservan muchas de estas estructuras y en Europa, también se están recuperando y musealizando numerosos antiguos pozos de hielo.