A partir de enero, el cerco a los plásticos de un solo uso se intensifica: un nuevo impuesto obligará a las empresas españolas a pagar 0,45 euros por cada kilogramo de plástico no utilizable que usen. Sectores como la alimentación, el textil, el transporte o el automóvil están en el punto de mira y tu bolsillo, aunque no lo creas, también.
Habrá sectores exentos
Se salvan de la tasa, de momento, el sector del medicamento, el los productos reutilizables, el reciclado mecánico autorizado y la agricultura, pero todos los demás va a tener que pagar la nueva tasa y, a diferencia de lo que va a suceder en el resto de Europa, no habrá un mínimo de plástico no reutilizable exento del impuesto que cada empresa pueda utilizar. En definitiva, que por cada kilo de plástico que no se pueda reciclar, 45 céntimos. Y eso es mucho en un país que sólo recicla el 11% de los encases de plástico que utiliza.
¿Cómo nos afectará?
Pensar en una revolución del packaging de aquí a enero es mucho imaginar y, por eso, se acepta ya que este sobrecoste empresarial va a recaer en los consumidores. Hay quien vaticina incrementos de precios superiores al 5% en la gran distribución y la cifra, sumada a la inflación actual, permite pronosticar un invierno difícil.