Talavera de la Reina, la ciudad más importante de la provincia de Toledo, parecía tenerlo todo para convertirse en sede del Meta Data Center Campus, el gran centro de proceso de datos de la compañía en el Sur de Europa. Hay suelo disponible a precios aceptables para los propietarios de Facebook, la ciudad está a una hora de Madrid por carretera y, además, el proyecto cuenta con el apoyo de las instituciones, que acogieron el anuncio con “ilusión y esperanza” en una ciudad de casi 85.000 habitantes que ha perdido más de 5.000 vecinos desde 2010. Con lo que no contaba nadie es con un invitado que nadie esperaba: la sequía. Y tampoco con otro peor: los desacuerdos políticos entre miembros de un mismo partido.
¿ De qué instalación hablamos?
Actualmente, Meta cuenta con tres centros de proceso de datos que se ubican en Suecia, Dinamarca e Irlanda, por lo que el de Talavera será el primer centro de proceso de datos que la compañía instala en el sur de Europa. Los centros de proceso de datos (CPD) son instalaciones que centralizan las operaciones y la infraestructura de TI de una organización para almacenar, procesar, tratar y, si se considera oportuno, difundir los datos que se recopilan durante la actividad cotidiana de la entidad. Reúnen servidores de procesamiento, de almacenamiento y de redes, consumen mucha energía eléctrica y, aquí reside el problema sobrevenido, precisan de sistemas de ventilación y refrigeración que consumen mucha agua.
En Holanda, un centro de datos de Microsoft consumió, sólo en 2021, 84 millones de litros de agua a pesar de que los cálculos iniciales era que el consumo no superaría los 20 millones. En Talavera hay un riesgo cierto de sequía que, por ejemplo, ha tenido efectos beneficiosos inesperados como, por ejemplo, que haya menos mosquitos en la zona; pero podría también poner en peligro el gran proyecto de futuro que maneja la ciudad. El Centro de Datos de Meta podría llegar a generar 300 empleos directos y 1.000 indirectos, pero también podría llegar a consumir hasta 600 millones de litros de agua potable al año y ya tiene en contra a organizaciones como Ecologistas en Acción.
El Ayuntamiento considera un despropósito el cuestionamiento
Desde el consistorio de Talavera, la alcaldesa Tita García Élez admite que, efectivamente, la instalación podría tener un consumo máximo de 0,6 hectómetros cúbicos de agua –un hectómetro cúbico son mi millones de litros- pero recuerda también que el caudal máximo que se reserva para una instalación –y que en este caso ha autorizado el organismo competente sobre los recursos hídricos de la zona- y otra el consumo efectivo. El proyecto de Meta en Talavera ha sido declarado por la la Junta de Castilla La Mancha como de singular interés y el presidente Emiliano García-Page ha indicado que “no permitirá” que ninguna empresa que quiera instalarse en Castilla La Mancha no pueda hacerlo por falta de agua.
Sobre este particular, la alcaldesa de Talavera ha recordado que cada año 27 hectómetros cúbicos abandonan la Cuenca del Tajo con destino Levante. Sea como fuere, lo cierto es que la polémica se activa a raíz de la publicación en El País de una pieza en la que se facilita el dato de los 0,6 hectómetros cúbicos convenientemente transformado a millones de litros para generar una impresión mayor y que, si bien es cierto que tanto en Castilla La Mancha como en Talavera gobierna el PSOE, no lo es menos que las relaciones entre Pedro Sánchez y García-Page son, como mínimo, tan tensas como cordiales son las del Presidente del Gobierno - ¿de quién depende la Fiscalía?- con El País. Con todo, hay algo que no conviene olvidar: la política debería servir, siempre, para mejorar la vida de las personas y, en Talavera, la herramienta que habían escogido para hacerlo era Meta.