¿Pueden el PSOE y el PP ponerse de acuerdo en materia energética? Pues si hemos de hacer caso a lo que dicen unos y otros ahora sobre, por ejemplo, las centrales nucleares, todo indica que no, pero esta semana, dando a todos una lección, Felipe González y José María Aznar sí que fueron capaces de ponerse de acuerdo pese a los posicionamientos de sus respectivos partidos. Los dos expresidentes, que participaron en el ciclo de conferencias Energy Prospectives de la Fundación Naturgy, consideran que España necesita consensos en materia energética y alcanzar un equilibrio entre la desregulación completa y el intervencionismo estatal.
Momento de encrucijada
Los objetivos ambientales, la necesidad de una garantía de suministro y la obligación de mantener la energía a precios asumibles por empresas y particulares dibujan un escenario de incertidumbre que merece ser considerado como una encrucijada cierta. España, consideran Aznar y Felipe, “tiene que participar en los acuerdos globales”. La regulación, consideraron, es una herramienta vlálida para garantizar la seguridad del suministro y la seguridad jurídica. La transición energética, además, sólo será posible “mediante acuerdos públicos privados”.
Regulación
Para Felipe, el Estado debe actuar en el contexto actual de cambio como factor regulador, pero esta regulación debe fundamentarse es “acuerdos políticos y buena colaboración público-privada”. Para Aznar, es necesario “un equilibrio entre la desregulación sin control y el intervencionismos sin límites” ya que “sólo así” se podrá garantizar que las empresas disfruten de la seguridad jurídica necesaria para invertir”. Felipe cuestionó también la idoneidad de la vía europea hacia la descarbonización, que se fundamenta en sanciones, y alabó el camino estadounidense, que incluye estímulos en forma de bonificaciones para quienes invierten en sistemas energéticos sostenibles.