Las facturas son uno de los gastos principales de las familias: entre el recibo del agua, el de la luz, el del teléfono y el de Internet, hipotecan cada mes una gran parte de los ingresos de parejas, solteros y familias de todo tipo. Para atenuar su impacto, ha surgido una tendencia: la flexibilidad del consumo.
¿Qué es?
En sí, se trata de una racionalización de tareas que implica ordenar los hábitos para que el consumo energético se concentre en las horas en las que el kw está más barato. Para aplicarla, la tecnología –especialmente la automatización- es fundamental. Herramientas como las tarifas de luz indexadas al precio de mercado (las variables) permiten aprovechar las variaciones de precio por hora con cambios de hábitos que implican desplazar usos concretos (lavadoras o recargas de baterías) a horas en las que la energía cuesta menos. En España, un 41% de los consumidores contrata tarifas fijas que no permiten estos usos. Y conviene recordar que los periodos más caros son siempre aquellos en los que la demanda se concentra. Lo inteligente, por tanto, es ordenar el consumo. “La clave está es conocer las horas que suelen ser más baratas, y acostumbrarnos a realizar actividades que requieran consumo en éstas” señala Pol Brau, de la eléctrica especialista en tarifas indexadas Chippio.
El papel de la tecnología
Si bien es cierto que las horas más baratas suelen ser de madrugada u horario laboral, existen tecnologías que nos permiten desplazar el consumo a este momento de manera automatizada. Los electrodomésticos, enchufes o bombillas inteligentes llevan algunos años con nosotros, si bien las posibilidades son cada vez mayores y llegan al vehículo eléctrico. El servicio Smart Charging de Chippio permite cargar el coche en las horas más baratas de manera automatizada, generando un ahorro que llega al 50% en cada carga. Con todo, en la aventura de racionalizar el consumo hay algo imprescindible: contar con información completa y transparente para conocer nuestro consumo, los precios actuales y a corto plazo que nos permitan planificar nuestro uso. “Contar con una comercializadora que nos ofrezca datos sobre el precio de luz por hora de manera accesible y visual, así como datos de nuestros consumos es clave para monitorizar nuestro gasto y motivarnos a seguir ahorrando” señala Brau.