Las distracciones al volante son una de las mayores causas de siniestralidad en la carretera: mirar el móvil o manipular el navegador mientras conduces son algunas de las conductas más comunes que implican mayor riesgo y, para prevenirlas, las administraciones distribuyen por la red diferentes elementos de seguridad activa. Uno de los principales son las bandas rugosas.

 
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Efectivas y económicas

Las bandas sonoras de las carreteras (también denominadas guías sonoras por el Ministerio del Interior y la Dirección General de Tráfico) son una medida de seguridad vial de bajo coste de ejecución y mantenimiento que tienen como misión reducir las salidas de vía y las colisiones frontales o frontolaterales por la invasión del carril adyacente en vías convencionales con calzadas no separadas. Por tanto, es más común que las veas en carreteras secundarias. Estas bandas rugosas están fresadas sobre el asfalto (forman una pequeña hendidura en el suelo) de tal forma que cuando los neumáticos de un vehículo pasan a través de ellas se produce una advertencia sonora y táctil ya que el conductor también va a percibir cómo vibra el volante.

Tipos de bandas

Hay dos tipos : el primero son las Bandas sonoras de eje, que están colocadas en el centro de las carreteras de doble sentido y evitan que se traspase la línea y se invada el carril contrario. El segundo tipo son las bandas sonoras de borde o arcén, que evitan las salidas de carril hacia el arcén, algo habitual cuando aparece la somnolencia o algún tipo de distracción durante la conducción. En España, las medidas de las bandas sonoras pueden variar según las circunstancias de las carreteras y su entorno, lo normal es que la Dirección General de Tráfico utilice las siguientes dimensiones: de 1 a 1,3 cm de profundidad, de 15 a 17 cm de ancho y de 20 a 30 cm de largo.