Hoy, resultan imprescindibles y, tanto es así, que en España hay más móviles activos que habitantes censados, pero hace treinta años no existían. El primer teléfono inteligente (entendiendo como tal aquel celular que, además de hacer llamadas y recibir mensajes, permite navegar por la red) data del año 2000 y no lo inventó Apple.
Una compañía olvidada por el gran público
El primer teléfono al que se pudo etiquetar con justicia con el término Smartphone data del año 2000 y se llamó Ericsson R380. Recogía la herencia de dispositivos anteriores como las PDA Palm y otro antecedente, este americano y fabricado por IBM. Era, en concreto, el IBM Simon Personal Communicator, que se lanzó en 1994 e integraba un módem de 9600 bps y una pantalla monocoromo en la que se podía hasta dibujar. No vendió más de 50.000 unidades. Ericsson, marca sueca en su día emblema de la industria escandinava de la tecnología de consumo hoy dedicada a otros, fue, por tanto, la responsable del primer Smartphone que cosechó éxito con mayúsculas. Ericsson, absorbida en su día por Sony, ya no fabrica terminales, pero es una de las empresas europeas más potentes en el segmento de los servicios de telecomunicaciones para empresas.
Otros terminales
El citado teléfono Ericsson, que integraba un módem, costaba 700 dólares y disponía de 2 MB de RAM. Nokia, por aquellos años, lanzó también algo similar: en 9210 Communicator, pero el mercado quería otro tipo de productos. Las Blackberry lo anticiparon en 2003, pero fue Apple, con su primer iPhone la que demostró algo que pocos intuían: estaba bien lo de enviar correos y escribir, pero lo de ver vídeos y utilizar con facilidad las entonces aún poco desarrolladas redes sociales estaba mucho mejor aún. En aquellos años, hasta Telefónica, con su TSM100 experimentó con las pantallas táctiles.