El 4K está cada día más cerca de convertirse en la resolución estándar. Desde su llegada en 2012, el llamado Ultra HD estaba destinado a sustituir al Full HD a través de una experiencia visual cuatro veces superior. Y aunque la tecnología 4K ha necesitado varios años para entrar masivamente en los hogares, lo cierto es que las razones para dar el salto al nuevo formato empiezan a multiplicarse.
Los televisores Ultra HD son cada vez más asequibles. Por 400 euros, los consumidores tienen acceso a Smart TVs a resolución 4K de marcas destacadas del sector como Samsung, LG o Hisense. Según la consultora GfK, el gasto medio en un televisor se ha situado a nivel global en los 448 euros este año.
Por otra parte, actualmente diversas empresas dedicadas al entretenimiento están apostando por ofertar contenidos en 4K. Un ejemplo sería Netflix, la plataforma de series vía streaming, que ofrece la posibilidad de suscribirse a su servicio con opción a visualización en Ultra HD. Apple TV o Amazon Fire TV también lanzan sus contenidos audiovisuales a esta resolución de imagen.
Las películas también pueden disfrutarse a 4K a través de los reproductores Blu-Ray de dicho formato, cuya comercialización comenzó a realizarse a finales de 2015. Otras opciones para ver contenidos audiovisuales en Ultra HD es a través de YouTube, en aquellos casos en que el video haya sido subido a la red en esa resolución.
Sin embargo, en el caso de la televisión convencional, la experiencia 4K es inexistente. La mayoría de canales de televisión en España no alcanzan tan siquiera el Full HD (1080p), que es la resolución que predomina hoy en día en los televisores. Las cadenas privadas más importantes emiten en HD (720p), lo que significa que no se le está sacando rendimiento al Full HD. Esto afecta también al 4K, pero en este caso la diferencia es aún más notable.
Pese a ello, los usuarios viran cada vez más hacia los contenidos digitales, lo que supone un enorme impulso para la venta de televisores Ultra HD. Según GfK, en el primer semestre de 2017 el 29% de los televisores vendidos llevaban tecnología 4K. La consultora ha estimado que de cara a la segunda mitad de año, uno de cada tres televisores vendidos será Ultra HD.
La tecnología HDR también ha tenido mucho que decir en todo esto. Su función es la de equilibrar los picos de brillo y los negros, generando una imagen mucho más vistosa y natural. Evita contrastes molestos en imágenes deslumbrantes, dando la sensación de mayor nitidez y limpieza. Se trata del gran avance en calidad de imagen de los últimos años y que forma tándem con el 4K en los últimos televisores.
El formato estándar en los videojuegos
El 4K aspira a convertirse en el formato estándar de todos los contenidos audiovisuales, incluso los videojuegos. Actualmente existen juegos preparados para poder ser movidos a resolución 4K, pero para ello hacen falta ordenadores de muy alta gama.
Sony se metió de lleno en este tipo de mercado con la nueva PlayStation 4 Pro, una revisión del modelo original con la que prometió mover algunos juegos a Ultra HD. No obstante, se trata de una verdad a medias si se tiene en cuenta que dicha resolución no es nativa y se alcanza mediante un reescalado de la imagen, lo que se puede traducir en que no reproduce un 4K real.
En ese margen de mejora es donde entra Microsoft, que el próximo 7 de noviembre lanzará al mercado Xbox One X, la versión vitaminada de Xbox One, con la que la empresa estadounidense pretende ofrecer la experiencia 4K real. Con esta nueva máquina, Microsoft asegura que reproducirá los juegos con un 40% más de potencia técnica que la plataforma de Sony.