Reciclar es imprescindible si no queremos convertir nustro planeta en un vertedero y que hasta nuestros bebés se alimenten con plástico, pero no es fácil y, a veces, exige un esfuerzo difícil de asumir tras un largo día de trabajo; pero, tranquilos: hay buenas noticias porque un grupo de expertos del MIT (Massachussets Institute of Technology) tiene algo mejor que lo que os imaginábais.

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Un robot especialista

Se llama RoCycle y, sí, es un robot, pero no un robot cualquiera: es un robot diseñado por para el reciclaje que dispone de un brazo dotado de sensores que le permiten identificar cualquier objeto que se le presenta y clasificarlo. Gracias a este sistema, nuestro amigo RoCycle sabe en qué cubo debe depositar cada residuo sólo con tocarlo.

¿Cómo lo hace?

Dispone de sensores de tensión capaces de medir el tamaño de cada objeto y de dispositivos capaces de detectar la presión para identificar su grado de dureza y, en función de si se aplasta con mayor o menor dificultad, clasificarlo como un material u otro. Por supuesto, también distingue el metal gracias a la conductividad de sus sensores. Su precisión alcanza el 85% si lo que trata de identificar sólo ojetos estáticos, pero baja al 63% si están en movimiento, lo que impide instalarlo en una cadena de procesamiento de una planta de reciclaje. Con todo, sus creadores siguen trabajando para mejorarlo.