Alcanzar el grado de cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en 2030 será difícil para Occidente, pero en Repsol tienen claro quién es el culpable. No son los ciudadanos, no son los gobiernos y tampoco son las industrias: son los ecologistas. Así lo considera, en concreto, Josu Jon Imaz, el consejero delegado de la petrolera española.

 

Contundentes declaraciones

Las reflexión de Imaz es clara y se manifestó durante la última Junta General de Accionistas de Repsol en respuesta a preguntas realizadas por representantes de dos organizaciones de claro signo como son Finanzas Éticas y Greenpeace

 “Ustedes son los responsables, la señora de Greenpeace, usted y mucha gente como ustedes, desde su ideología, desde su dogma y muchas veces desde su defensa de intereses como los del lobby eléctrico que muchas veces van compaginados. Ustedes son los responsables mayores en estos momentos del incremento de emisiones de CO2 en el mundo”, señaló Imaz.

El ecologismo empuja a los países menos desarrollados a usar carbón.

Imaz, con todo, no se quedó ahí y argumentó su reflexión. Para el directivo, la presión que estas (y otras) organizaciones ejercen contra las instituciones financieras para que no se invierta en gas y petróleo es contraproducente y daña a los consumidores, especialmente a los de los países menos desarrollados. De hecho, indicó que no les dejan otra alternativa que el carbón: “No es sostenible y, por tanto, esa sociedad del sur global, esa sociedad de los países emergentes no puede desarrollarse. Pero, claro, necesitan energía ¿y qué hacen? Evidentemente, porque tienen que alimentar a su gente, tienen que calentar sus casas, tienen que moverse, tienen que alimentar a sus empresas, recurren a la única fuente energética que por precio pueden acometer, que es el carbón, y ustedes son los responsables, Greenpeace, Finanzas Éticas y muchas personas como ustedes”, añadió.

Seguridad de suministro

Imaz considera que los planteamientos ecologistas son un oxímoron que impide garantizar la seguridad de suministro con una energía asequible que las familias puedan pagar y que las empresas puedan comprar para que puedan competir, para que puedan crear empleo industrial y para que tengamos una sociedad en la que la gente pueda cobrar bien. ¿Qué sucederá? Para Imaz, no hay dudas: se se para la producción de petróleo y gas, los precios subirán y los afectados seremos los occidentales: “tampoco hace falta ser doctor en Economía en Harvard para saber que el precio va a aumentar  impactando negativamente en las familias europeas y en la industria”. Repsol, sin  embargo, sí está por la descarbonización, pero aplicando límites, dice Imaz: “Vamos a seguir con nuestra apuesta de descarbonización, porque estamos convencidos de que es la forma también de generar valor para los accionistas. Pero vamos a seguir al mismo tiempo produciendo petróleo y gas, porque el mundo los necesita”, indicó.