Avisaron ya hace unos meses por boca de su consejero delegado Josu Jon Imaz y, ahora, vuelven a hacerlo. Quien habla esta vez es Antoni Brufau, el presidente de la compañía. Lo hace para informar que, sin la seguridad jurídica necesaria, la compañía no ejecutará las inversiones en hidrógeno previstas en España.

 

1500 millones

Repsol maneja proyectos presupuestados en 1500 millones de euros y considera que, si en España de fija algún tipo de tasa que grave la producción de hidrógeno, no tendrían problema alguno en trasladar sus proyectos a Francia o Portugal.

“Son inversiones que si no se hacen en un marco de estabilidad y con un marco fiscal atractivo, ni mejor ni peor, competitivo con respecto a las regiones próximas a nosotros, no volarán. Si tenemos un impuesto para producir hidrógeno que no tienen Francia o Portugal pues seguramente nuestra decisión será irnos a Portugal o Francia“, explica Brufau.

¿Qué inquieta tanto a Repsol?

En España, la pretensión del Ejecutivo es mantener para las empresas energéticas una gravamen transitorio que pesaría sobre hipotéticos beneficios extraordinarios. La tasa, que ha existido en otros países también, pervive sólo en España. Por ello, desde Repsol concluyen que el Gobierno coloca a las empresas que invierten en España en “desventaja competitiva” e insiste en la conveniencia de cambios. Europa, considera Repsol, debe armonizar las normativas fiscales que gravan la producción energética porque, apunta Brufau, “no podrá competir si no”. Adelanta, además, que si la situación se mantiene se perderán empleos: “Si esto sigue ocurriendo veremos pérdida de puestos de trabajo y retroceso medioambiental porque el resultado final será la deslocalización de la industria por la imposibilidad de poder competir”.