De entre todos los destilados, si existe uno de origen inequívocamente hispanoamericano ése es sin duda el ron, cuyo origen se remonta a los siglos XVI y XVII cuando, primero, los elaboradores de Vino de Jerez añejaron destilados de caña de azúcar en barricas y, después, los jesuitas desarrollaron en sus misiones guaraníes el singular Método Lento Paraguayo. Durante la época del Imperio, y después de que los conquistadores españoles introdujeran en el Caribe y la América continental el cultivo de la caña de azúcar, el trasiego de ron entre las colonias y la península fue intenso, pero ya en el siglo XX otros destilados de origen foráneo ganaron la partida al ron sudamericano y caribeño. Ahora, según estudios de NielsenIQ, parece que cambian las tornas y el crecimiento anual de consumo de ron supera en porcentaje al de otros destilados como la ginebra.
En crecimiento
Así, y según la patronal del sector de los destilados, en 2022 el ron vio cómo su consumo aumentaba en un 15,2% al tiempo que el tequila lo hacía en un 30%. La ginebra se quedó en un 12,9% y otros licores de especialidad, en un 12,8%. Sin embargo, el destilado más consumido en España sigue siendo el whisky (24,5%). La ginebra se queda con un 19,5% del total y el ron, con un 14,6%. En este contexto, los fabricantes de bebidas vuelven a interesarse por el ron, que adquiere un mayor interés comercial que otros destilados como el cognac o el brandy, que no han sido capaces de introducirse en el mercado de los combinados a diferencia de los citados.
El caso de El Supremo
Al hilo de este interés, en este 2024 llega a los hoteles, pubs y restaurantes un histórico: el ron paraguayo El Supremo. El destilado acumula medallas en certámenes tales como The Drink Business o The Spirits Business Global Rum&Cachaça y se presenta en España en tres variantes: 5 años, 8 años y 12 años. Su origen se remonta a 1909 y en su elaboración mantiene una tecnología antigua, la de los jesuitas españoles que introdujeron la fabricación de este destilado en lo que hoy es Paraguya en pleno siglo XVI. A partir del destilado jugo de la caña de azúcar, que se hierve durante nueve hora, se elabora una suerte de miel dorada que fermenta durante 72 horas. En el proceso, se emplea agua del Acuífero Guaraní, una reserva de agua subterránea que destaca como una de las mayores del mundo. Completada ya la fermentación, el ron se añeja en barricas de incienso marrón. ¿Batirá el ron al whisky y devolverá a España e Hispanoamérica entera a viejas costumbres? Sea como fuere, lo indiscutible es que la del ron, en Sudamérica, es ya una de las industrias con más futuro.