Las lanzaderas de misiles Himars están haciendo mucho daño a los rusos, pero el Oso sobre el que cabalga Vladimir Putin tiene un arma con la que hacerles frente o, al menos, intentarlo: se trata de los Shahed-136, unos particulares drones de origen iraní que, aunque no sirven para destruir las lanzaderas Himars, sí que permiten localizarlas. El Ejército ucraniano ha localizado restos de varios de estos inquietantes drones que, de momento, no habrían tenido éxito.
¿Qué son y para que sirven?
El dron Shahed-136 es un desarrollo iraní que pesa unos 200 kg, mide 3,6 metros de largo y tiene 2,4 metros de envergadura. Su alcance es amplio: varios miles de kilómetros, aunque Irán nunca lo ha detallado oficialmente. En principio, se trata de drones que servirían para detectar objetivos, pero también permiten destruirlos si se cargan con explosivos. Son, de hecho, lo que se denomina drones suicidas y parecen, a priori, armas idóneas para cumplir las órdenes del Ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, que ha establecido como prioridad destruir las 16 unidades Himars con las que cuenta Ucrania.
¿Tiene un plan Rusia?
Las lanzaderas Himars son fáciles de manejar, muy maniobrables y se despliegan, disparan y retiran en muy poco tiempo. Para hacerles frente, a juicio de los expertos de la OTAN, la única posibilidad que tiene Rusia es llenar el cielo de Ucrania de drones, iraníes o no, e intentar localizar con ellos las lanzaderas para destruirlas. De momento, todo indica que el plan no está funcionando, pero con Rusia, siempre hay sorpresas.