Worldcoin, la empresa creada por Sam Altman que ofrece pagos en criptomonedas a todo el que se deje escanear el iris, quiere querellarse contra la Agencia Española de Protección de Datos. El motivo es la suspensión cautelar de la actividad de la empresa en España, medida que no se ajusta a derecho según Altman.
¿Para qué escanean?
Detrás del escaneo masivo de iris de particulares hay, o eso dice Worldcoin, sólo fines altruistas. Quieren, y así lo cuentan en su web, crear una base de datos de iris humanos con el objetivo de construir algo tal que “un sistema financiero más justo”. Sea cierta o no tal afirmación, lo indiscutible es que la empresa del creador de OpenAI ofrece compensaciones económicas en criptomonedas a quienes se prestan a sus manejos. Sus clientes –habría que ver si lo son, porque de momento no reciben bien o servicio alguno y, en lugar de realizar pagos, los reciben- mantendrían “en todo momento” el control de sus datos, pero en la AEPD no lo tienen tan claro. Por eso, a finales de febrero activaron una investigación que desembocó en una decisión: la actividad de Worldcoin en España se interrumpe de manera cautelar. Y así sigue.
¿Qué dice Worldcoin?
Según ellos, y dado que su objetivo no es otro que “brindar a las personas acceso, privacidad y protección online” mediante un escaneo que definen como “la solución más segura y que más preserva la privacidad en la era de la inteligencia artificial”, la AEPD se equivoca y lo hace tanto que, además, “estaría entrando en conflicto con la legislación de la UE” al hacer “afirmaciones inexactas y engañosas”. El iris, conviene recordarlo, es tan o más intransferible que la huella dactilar y, si una empresa acumula escaneos de particulares y paga por ellos, es porque quiere hacer alguna cosa con los mismos”. Worldcoin jura y perjura que su único objetivo es “crear una forma de identificación única y segura”, pero nada impide que esos iris escaneados puedan servir, por ejemplo, para fundamentar y diseñar campañas de marketing personalizado. En Worldcoin, parece dinero tienen de sobra y, por eso, plantean querellarse contra la AEPD ya que ellos consideran estar cumpliendo “totalmente” las leyes y regulaciones vinculadas a los datos biométricos. Veremos; pero, a poder ser, mejor con un iris no escaneado.