Desde hace ya años, la carne sintética es una realidad y, tanto es así, que cuesta hasta distinguirla en una cata a ciegas. De mometo, no se comercializa porque es demasiado cara; pero la posibilidad de fabricar carne con células cultivadas ya existe, Que alguien pensase en hacer algo similar con la sangre, formada también por células, era cuestión de tiempo y, así, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) se ha puesto ya manos a la obra junto a otros organismos similares. El proyecto en el que trabajan se denomina SynEry y tiene como objetivo desarrollar un sustituto artificial de la sangre mediante el diseño de glóbulos (también llamados hematíes o eritrocitos) rojos sintéticos.

sangre artificial fisiofocus
 

Casi idénticos

Los hematíes sintéticos reproducirán las características fundamentales de los glóbulos rojos humanos en lo que se refiere al citoesqueleto, la asimetría lipídica, las proteínas funcionales y sus respuestas al entorno. Con ellos, se acabará la carencia endémica de sangre y se pondrá coto a las infecciones derivadas de los insuficientes controles a los que se somete el plasma para transfusiones en situaciones de emergencia o conflictos bélicos. Los eritrocitos sintéticos tendrían además otra ventaja: pueden utilizarse para suministrar fármacos.

Más de tres millones de euros

El proyecto en el que participa el CSIC está liderado por la universidad UK de Lovaina y cuenta con un presupuesto de 3,2 millones de euros. Se enmarca en el programa de investigación e innovación de la Unión Europea Horizonte Europa-EIC Pathfinder y debe completarse antes de 2026. A partir de entonces, quizá ya no haga falta donar sangre nunca más.