El ritmo de envejecimiento que experimentan los perros es mucho más acelerado, como bien saben quienes comparten su vida con uno de estos animales, que el de los humanos. Y tanto es así que, según los veterinarios, un can con siete años puede considerarse ya un perro mayor, aunque todo dependa en gran parte de la genética, el estilo de vida y la historia particular de cada perro. Con todo, desde el marketplace de servicios para propietarios de animales Rover.com detallan una serie de cuestiones que conviene tener en cuenta a la hora de cuidar a lo que ellos denominan un perro senior. Según Adem Fehmi, especialista en comportamiento canino del portal, los signos comunes de envejecimiento en las mascotas incluyen pérdida de agudeza sentidos como la vista y el oído y una cierta disminución de la energía y la movilidad.
Consecuencias
Estas circunstancias pueden comportar cambios de comportamiento como confusión, falta de conciencia y aumento de los ladridos. En casos más extremos, la ansiedad puede manifestarse a través de comportamientos como orinar o defecar en casa, arañar o morder, y no querer estar solo. Ante todo ello, conviene tomar medidas preventivas como revisiones veterinarias periódicas, terapias alternativas, como la fisioterapia y la hidroterapia, así como cambios en la dieta, en la que se deberán incluir suplementos relacionados con la edad, como la glucosamina, útil para el envejecimiento de las articulaciones y los huesos.
Ejercicio
De igual modo, es importante ajustar las expectativas a las necesidades individuales de nuestros perros a medida que envejecen, ya que es probable que los perros mayores sean más lentos, tengan artritis u otros problemas neurológicos que afecten a su forma de moverse y a la velocidad a la que pueden hacerlo. En este sentido, se recomienda elegir recorridos sencillos y ajustar la velocidad a la que caminamos. El perro, con la edad, puede experimentar problemas de orientación, por lo que se aconseja que el ejercicio se realice en entornos conocidos por el animal. La relación con otros perros también debe adaptarse y evitar los vínculos con animales demasiado inquietos. Otra buena idea es introducir en las rutinas del animal tratamientos de fisioterapia y de ejercicio en el agua, que ayudan a mantener las articulaciones y los músculos fuertes y flexibles a medida que envejece.