¿Se puede utilizar acero como materia prima al aplicar esa técnica de producción que es la fabricación aditiva y conocemos popularmente como impresión 3D? Un equipo de investigadores en la Universidad de Málaga cree que sí.
Ensayo
Para demostrarlo, han llevado a cabo un estudio exhaustivo sobre los materiales utilizados en la fabricación aditiva y, además se han centrado en uno muy concreto: el ya citado acero, que en fue en su día y junto al carbón pieza clave de la segunda revolución industrial. Por lo general, los materiales utilizados en la fabricación aditiva son o bien duros y resistentes, o bien maleables y dúctiles y el acero, precisamente, muestra ambas características, ya que se trata de un metal que destaca por su dureza y resistencia y, al tiempo, es maleable, lo que hace de él un material idóneo para fabricar piezas que deberán someterse a exigencias muy altas como las que se emplean en automoción o aeronáutica.
El acero y la impresión 3D
En la industria de fabricación aditiva, determinar con exactitud cómo afecta la tecnología a las propiedades de las piezas es fundamental. Así, los investigadores han analizado la relación que existe entre la capacidad de resistir fracturas por fatiga con la porosidad interna que presenta el metal impreso en 3D. Los expertos analizaron las distintas direcciones de impresión mediante espectroscopía de rayos X, microscopía electrónica de barrido y metalografía y los resultados mostraron que la gran mayoría de los poros se generan por gases atrapados en el proceso de fabricación, algo que puede corregirse si la impresión del material se realiza en ángulos de cero o noventa grados.