En épocas de crisis, el desempleo aumenta y esta que actualmente vivimos no es una excepción. El volumen de personas que busca empleo crece y todavía más ahora que acaba de terminar la temporada de verano y la actividad de la hostelería en las zonas turísticas se reduce a mínimos. La situación se convierte así en propicia para timadores y espabilados que intenta aprovechar la necesidad de las personas en su propio beneficio mediante timos y estafas. El último tiene al Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) como protagonista.
Un mecanismo bien conocido
La herramienta que utilizan en esta ocasión los timadores es, de nuevo, el correo electrónico, el SMS o el mensaje de WhatsApp y el objetivo, obtener datos confidenciales de usuarios del servicio. Es, en definitiva, lo mismo que llevan haciendo desde hace meses los ciberdelincuentes con los bancos y las empresas de paquetería como involuntario aliado; pero, en esta ocasión, el mecanismo es mucho más perverso: se contacta con alguien que está buscando empleo o está pendiente de que se le confirme que recibirá una prestación y, suplantando al SEPE, se le piden datos personales como, por ejemplo, DNI o números de cuenta. Un caso claro de phising o, hablando en nuestro idioma, de sistema ideado para pescar incautos.
Desmentido
Tras detectar el intento de fraude, el SEPE ha decidido advertir a sus usuarios a través de Twitter con un mensaje claro y contundente: ni el SEPE ni ningún otro organismo vinculado al Ministerio de Trabajo y Economía Social pide, ha pedido o pedirá jamás datos personales a través de correos electrónicos , SMS o mensajes de WhatsApp. Por tanto, cualquiera que reciba un mensaje aparentemente enviado desde el SEPE en el que se pida información de este tipo debe borrarlo inmediatamente e informar a las autoridades, porque se encuentra ante un fraude. Estos mensajes no deben abrirse nunca y, si se abren, jamás hay que clicar en los enlaces que contienen ya que, si se hace, los timadores tendrán acceso a nuestros terminales y podrán robar nuestros datos. Por supuesto, nunca hay que contestarlos: cualquier dato que se facilite a estos delincuentes nos pondrá en gravísimo peligro. Ojo, por tanto.