Lo advertía hace nada Marc Altés, de Econucleares: cuando llegue 2035 y en España, si nadie lo remedia, no quede ninguna central nuclear en funcionamiento, el sistema energético seguirá necesitando potencia de respaldo, que no es otra que la que garantiza el suministro cuando los sistemas fotovoltaicos, hidráulicos y eólicos no producen energía y no disponemos tampoco de sistemas de almacenamiento suficientes. La alternativa, advierten desde Econucleares, no será otra que las centrales de gas. Esta semana, el ministro argelino de Energía y Minas, Mohamed Arkab, parecía dar la razón a Altés: para Arkab, el gas es un “elemento esencial para la transición energética”.

 

Diversificación

Argelia, rica en gas y muy bien posicionada como proveedor para Europa desde que estalló la Guerra de Ucrania, anuncia que el próximo Foro de Jefes de Países Exportadores de Gas (FPEG) que se celebra a finales de febrero en Argel creará un espacio para “preservar el gas natural como combustible poco contaminante y necesario en la transición energética”. ¿Por qué es necesario? Pues porque sin previsión de construir sistemas de bombeo hidráulico suficientes como para que el mix energético funcione sólo con renovables, sin centrales térmicas ya y con las centrales nucleares sentenciadas, países como España no tienen otra alternativa que las centrales de gas para disponer de garantía de suministro continuado. “Por decisión política se cerrarán las nucleares, que ahora producen energía limpia a precios muy bajos y casi sin riesgo y tendremos que construir nuevas centrales de gas que importaremos desde Argelia o desde donde podamos. Sin duda, es un mal negocio desde el punto de vista ecológico y económico”, explica el portavoz de Econocleares, una asociación ecologista que defiende la continuidad de las centrales nucleares en España.

Argelia vende las bondades de su producto

En Argelia lo tienen claro: por eso nos venden las bondades de producto. “somos un proveedor seguro y fiable para Europa”, decía esta misma semana Arkab, quien recordaba, también, que su país dispone de la reserva de gas más grande de África y cuarta del mundo. Se ubica en la región de Hasi R’Mel. El gas, aunque emite menos CO2 al arder que el carbón o el petróleo, no deja, explica Altés, "de ser un combustible fósil". ¿Qué sucederá entonces, si se cierran las nucleares? "Pagaremos la electricidad más cara y dependeremos de terceros", advierten desde Econucleares.