El verano es una de las épocas más caras para viajar, junto con la Navidad, Semana Santa y los puentes más señalados. Se añade el hecho que, para las próximas vacaciones, alojarse en España se ha incrementado en 12€ por término medio por persona y día con respecto al año pasado. Así, mientras que en verano de 2023 las reservas costaban una media de 174€ / noche, en el 2024 el coste medio será de 186€ / noche (+7,4%). El resultado de todo es lo bastante alarmante: a una familia de cuatro miembros, cada día de vacaciones les saldrá por 48 euros más.

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¿Cómo ahorrar?

Todo depende, principalmente, del momento en que se reserva. Así, y según explican desde el portal online de reservas de alojamientos eBooking.com, los viajeros pueden llegar a pagar un 30% menos si reservan con tiempo suficiente sus vacaciones de verano. De esta manera, un turista que planifique su viaje con anticipación, puede conseguir esquivar la subida de precios del 7,4% que se producirá este año. "En cuanto los niveles de empleo y el número de reservas crecen, también lo hace el precio del alojamiento. Por esta razón, en temporada alta, es importante no esperar hasta el último momento para planificar las vacaciones. Hacer la reserva con 2 o 3 meses de antelación supone un ahorro importante que puede llegar a ser de hasta el 30% del precio final", explica Toni Raurich, director de eBooking.com.

Flexibilidad

Otra estrategia correcta (siempre que sea posible aplicarla) es la consistente en ser los más flexibles posibles en las fechas y en el destino. Las reservas en junio y en septiembre o en destinos menos populares siempre serán más económicas y será más fácil encontrar buenas ofertas. No obstante, incluso en plena temporada alta -en julio y en agosto- hay grandes diferencias de precio entre unos días y de otros, sobre todo entre el fin de semana y los días laborales. Antes de reservar, es importante valorar cuál es el tipo de viaje que se quiere hacer y las necesidades de cada uno. Partiendo de eso, se tienen que buscar y comparar a conciencia las diferentes opciones de alojamiento -hoteles, hostales, moteles, casas rurales, apartamentos en cocina o campings- y escoger teniendo en cuenta, además del precio, la puntuación de los viajeros. De todos modos, la tendencia evidencia que la mayoría de las familias ha optado por soluciones más drásticas: reducir las estancias. De hecho, y con las cifras de eBooking en la mano, siete días de vacaciones que podían costar 1200 euros el año pasado saldrían este año por más de 1500.