¿Come tu perro elementos no comestibles? Si es así, no te preocupes en exceso: es un comportamiento habitual. Y lo es tanto que, según un estudio realizado por Rover.com, marketplace online de servicios para mascotas, hasta el 75% de las mascotas lo han hecho, al menos, en una ocasión. La lista de objetos susceptibles de ser engullidos (y digeridos) es amplia: el 32% de los dueños de perros encuestados confiesan que su compañero come papel y otro 21% dice que su can ingiere calcetines. El 26% admite que el perro con el que comparten sus días se come sus propios juguetes. Este comportamiento, considerado trastorno alimentario por los etólogos caninos, tiene nombre: Síndrome Pica.
¿Qué es?
El Síndrome Pica es la ingesta, en algunos casos obsesivo-compulsiva, de elementos que no son alimentos por parte de un animal doméstico. Implica complicaciones gastrointestinales como vómitos, diarreas, náuseas o dolor abdominal y complica, además, la convivencia con el animal que lo experimenta.
Solución
Lo mejor, explican los etólogos, es estimular adecuadamente al animal con juegos y ejercicio y, también, no organizar escándalos cuando coge algo que no debería coger. Si el dueño se pone nervioso, el animal intentará conservar aquello que ha cogido e interpretará la situación como un juego o, incluso, como una persecución que puede querer solucionar comiéndose lo que ha cogido. Si la situación le resulta divertida –los animales exigen atención- constante, puede repetir la conducta y el Pica se convertirá en hábito. No obstante, no todas las razas de perros son propensos a estos comportamientos. Así, mientras que el 100% de los Poodle muestran estas conductas, sólo el 82% de los perros salchicha las practican. Entre los perros sin raza definida, un 79% ha ingerido elementos no comestibles alguna vez en su vida.