La energía eólica también tiene sus detractores pero, desde ahora, estos van a tener un argumento menos para menos para defender sus tesis. ¿Por qué? Muy sencillo: después de haberse desarrollado sistemas para minimizar los accidentes de aves de gran envergadura que colisionaban con los aerogeneradores, un estudio elaborado por investigadores australianos de la universidad de Flinders revela que los parques eólicos no afectan al sueño de las personas que residen en su cercanía más de lo que podría hacerlo el tráfico de vehículos por una carretera cercana.
Voluntarios
Según el citado estudio, que se realizó sobre un grupo de 68 voluntarios cuyo sueño se analizó durante 460 noches, el ruido de los parques eólicos “no afecta más al sueño que el del tráfico”. Sobre los sonidos de baja frecuencia que producen estas instalaciones de producción de energía, se indica que “no pueden ser oídos por los que duermen ni provocan ninguna señal en el cerebro”. De hecho, y según el investigador que ha liderado el estudio, el tráfico rodado “perturba un poco más el sueño que el ruido de los parques eólicos”. El investigador en cuestión se llama Peter Catcheside.
Otras investigaciones
El estudio de la Universidad de Flinders se presentó en la última edición de la Conferencia Internacional sobre el Ruido de los Parques Eólicos, celebrada en Dublín. Al tiempo, este pasado mes de marzo el Instituto Woolcock presentaba otro estudio similar en el que se indicaba también que los infrasonidos de los parques eólicos no generaron efecto alguno sobre indicadores de salud como el sueño, la presión arterial, el equilibrio y la audición. Con todo, hay un dato que no se tiene en cuenta: los molinos eólicos suelen instalarse siempre en zonas en las que hay muy poco o ningún tráfico, así que, a nadie debe extrañarle que, quizá, los residentes de esas zonas lo perciban como una molestia, ya que el nivel de ruido anterior a la instalación de los molinos era casi inexistente.. Con todo, los estudios sí que demuestran una cosa: cuando a un mismo sujeto se le somete al ruido de un molino y al de una calle con tráfico, el segundo sonido es más molesto.