En la última década, la generación mundial de energía solar se ha multiplicado y lo ha hecho, además, con cambios tecnológicos notables, ya que los sistemas actuales producen más energía con menos gasto. De hecho, la producción de energía mediante desarrollos fotovoltaicos se ha multiplicado por nueve hasta alcanzar los 1.500 Teravatios-hora (TWh) anuales. La energía eólica ha vivido una revolución pareja, ya que cada año se desarrollan nuevos y más eficientes aerogeneradores que han permitido que la generación de energía eólica alcance hoy los 2.300 TWh anuales. Tales cifras, se traducen en tasas de crecimiento compuesto del 22% y el 11% anual, respectivamente. Al tiempo, la generación hidroeléctrica, nuclear y de carbón tuvo tasas de crecimiento de alrededor del 1% anual, y el gas del 3%.
El doble cada dos años
La tasa de crecimiento de la energía solar del 22% anual equivale a duplicarse cada tres años. A este ritmo de crecimiento, la generación solar alcanzará los 100.000 TWh anuales en 2042, suficiente para descarbonizar por completo la economía mundial. La generación solar (TWh anuales) superará a la nuclear en 2026, a la eólica en 2027, a la hidráulica en 2028, al gas en 2030 y al carbón en 2032.
Las redes
Con todo, hay un problema, al menos en Europa: mientras que la capacidad de generación crece, las redes ni se modernizan ni se expansionan con la rapidez que sería necesaria. Por ello, las patronales del sector de las renovables advierten: sin inversiones serias en redes, todo el esfuerzo de generación no servirá para nada. Y lo mismo vale para el hidrógeno. El desafío es mayúsculo.